La ruptura de las relaciones con Rusia aboca a Europa a la dependencia energética de China

Rusia ha reducido drásticamente el suministro de gas a la Unión Europea, obligando a los países del continente a adoptar varias medidas para reducir la dependencia de Moscú, un socio que hasta hace pocos meses había sido clave para garantizar el suministro de energía. Los líderes europeos están barajando varias medidas para poder frenar la crisis energética, como reducción del consumo, la vuelta al carbón y a la energía nuclear y, la que genera más consenso: una firme apuesta por las renovables. 

Sin embargo, en este escenario el continente corre el riesgo de renunciar a la dependencia de Rusia para acabar necesitando a China, otro país autócrata. Se podrán decir muchas cosas sobre Pekín, pero la apuesta del régimen chino por las energías renovables ha sido la más firme en todo el planeta. 

El compromiso de China con las renovables ha sido tan contundente que ha arrasado con el mercado y se ha convertido en el líder indiscutible mundial en este ámbito. Pekín lo tiene claro, y todos los años crea nuevas infrastructuras y solares en su territorio equivalentes a las construidas en el resto de países del mundo a la vez. China está instalando cinco veces más energía eólica que toda la Unión Europea en su conjunto. 

Por este motivo, mientras Europa se quita el yugo del gas de Moscú, puede acabar cayendo en una nueva trampa: depender de China en el campo de las renovables. Pekín dispone de la materia prima necesaria para impulsar el sector renovable: cuentan con el monopolio del mercado de tierras raras - materiales indispensables en el sector energético renovable-, con más del 90% de su producción global. 

En sectores como el solar, directamente han ganado la partida. Según la Agencia Internacional de Energçia, China es responsable del 80% de la fabricación de tecnología de energía solar, y se espera que alcance el 95% para 2025. 

PARA AUSTRALIA Y EEUU ES IMPERATIVO FRENAR EL DOMINIO CHINO

Mientras la Unión Europea parece abocada a la dependencia de Pekín, en Washington y Australia tratan el dominio chino en renovables como un problema estratégico que se debe afrontar de forma "imperativa". 

La secretaria de Energía de EE UU., Jennifer Granholm, y el ministro de energía y cambio climático de Australia, Chris Bowen , anunciaron este julio  una "asociación de aceleración de tecnología neta cero", que incluye un enfoque inicial en el almacenamiento y la digitalización de energía de larga duración.  Dijeron que el acuerdo fue motivado en parte por la necesidad de una cadena de suministro de energía limpia y minerales críticos que no dependiera tanto de China.

Granholm comparó el riesgo de depender de China para obtener tecnología limpia con la excesiva dependencia de Occidente de los combustibles fósiles rusos, un error que provocó una crisis energética mundial después de que invadiera Ucrania. “Me preocupa que China tenga un gran pie en la tecnología y las cadenas de suministro que podrían hacernos vulnerables si no desarrollamos nuestras propias cadenas de suministro”, dijo. “Desde el punto de vista de la seguridad energética, es imperativo que las naciones - aliadas- que comparten los mismos valores desarrollen nuestras propias cadenas de suministro, no solo para el clima, sino también para nuestra seguridad energética", sentenció. 

“Hemos visto lo que sucede cuando dependemos demasiado de una entidad para nuestra fuente de combustible, y no queremos que eso suceda, por lo que diversificar esas fuentes de energía y vincularnos con socios es parte de nuestra seguridad energética", concluyó Granholm.