Este porcentaje supone casi el triple que hace diez años, cuando se destinaba casi un 2,1 por ciento de los ingresos a pagar los intereses de la deuda.
La deuda sigue así moviéndose en máximos históricos y supera todavía el objetivo del 99,14% del PIB para todo el año.
La mayor parte de la deuda pública se corresponde con el de la Administración Central del Estado, mientras que las autonomías registraron una deuda de 264.174.