Los díscolos defienden que no han causado "ningún daño al PSOE" con su decisión, "ni un ataque a su programa y valores", y dejan clara su voluntad de "continuar trabajando en el seno del Grupo Parlamentario Socialista".
Dirigentes socialistas ven incompatible que ambas secretarias generales adjuntas al grupo del PSOE en el Congreso continúen en la dirección cuando han roto la disciplina de voto.
Este es el paso previo que toma la dirección del Grupo Socialista en el Congreso antes de decidir si impone o no una sanción a los parlamentarios díscolos.
La investidura ha salido adelante con 170 votos a favor, 111 en contra y 68 abstenciones | 15 diputados socialistas han roto la disciplina de voto y han dicho 'no'.
Robles defiende que los diputados no están sometidos a un mandato imperativo y que, por lo tanto, el partido debe respetar la "posición de conciencia" de cada uno.
La normativa interna del PSOE es clara a este respecto. Precisa que los miembros del Grupo "aplicarán las resoluciones y acuerdos adoptados expresamente por los órganos de dirección".