La Comisión Europea adopta una nueva normativa para facilitar la reparación y el reciclaje de los electrodomésticos, con un menor consumo de energía para alargar su vida útil, lo que supone un ahorro en las emisiones de gases contaminantes.
Bruselas sospecha que durante años la empresa ha contado con un trato de favor que le ha permitido pagar menos impuestos.