Los dirigentes de Abanca nos vendieron su última hazaña financiera: la compra de la filial española del Grupo Caixa Geral de Depósitos por 364 millones de euros. Murieron las Cajas gallegas y el listo del pueblo se las quedó por una miseria, haciendo así el mayor negocio de su vida.
El presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, ha animado este viernes a los empresarios a "abrir los brazos" a las "víctimas" de los dirigentes que han sido "capaces" de dar al traste con toda una economía y "mantener en vilo a la nación española".