El enfermero alemán Niels Högel admitió en juicio haber asesinado a 100 pacientes. El objetivo era provocar sobredosis en los enfermos para después salvarlos y así impresionar a los colegas.
La madre de Asunta, por cuyo crimen cumple condena, tuvo que ser ingresada de urgencia tras ser llevada de la prisión de Teixeiro al hospital de A Coruña.