Esta es la dicotomía a la que se enfrenta el PSOE, o seguir con discursos manidos llenos de tópicos y simplezas, o bien por un cambio en profundidad en las ideas y las estructuras.
En este juego de azar en que se ha convertido la política española todo el mundo intenta echar mano del comodín. Nada mejor que definirse como socialdemócrata para ser bien visto y no sufrir contratiempos ideológicos. Sí, señores, se lleva mucho esto de ser socialdemócrata más allá de la intimidad.