Las normas europeas reservan en "exclusiva" el uso de la denominación 'leche' al producto de origen animal y otras apelaciones como 'nata', 'chantilly', 'mantequilla' o 'yogur' "únicamente a los productos lácteos".
El Tribunal General de la Unión Europea (TUE) apunta que no existen diferencias sustanciales entre la soja modificada genéticamente y la soja convencional.