"Propondremos en las Cortes una ley de concordia que reivindique la transición constitucional y que derogue la sectaria reescritura de la historia, que arroja paladas de rencor sobre la sociedad española", ha dicho el presidente del PP
"Era como un país en blanco y negro, solo que el blanco lo vivían unos y el negro lo vivían otros", asegura, además de indicar que para la Iglesia de entonces "todo era pecado" y que en las casas "no se hablaba ni de política ni de sexo".
Las declaraciones de Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, han causado perplejidad. Quizá se atemperan en la larga tradición de estereotipos y recelos mostrados entre europeos septentrionales y meridionales.