El peligroso auge del cigarrillo electrónico entre los jóvenes
Los adolescentes no perciben el riesgo del vapeo, que también puede incluir nicotina y crear adicción.
Los adolescentes españoles fuman menos y se inician más tarde en el consumo de tabaco. Estos datos serían positivos, si no viniesen acompañados de un mayor consumo del cigarrillo electrónico entre los jóvenes.
Según la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España, el 20,1% de los estudiantes entre 14 y 18 años ha vapeado al menos una vez en la vida, un incremento de tres puntos en comparación con 2014.
Los expertos señalan que, pese a que hay cigarrillos electrónicos sin nicotina que se usan para tratar el 'mono' físico del tabaco, no se puede garantizar que los consumidores se salven de la adicción o de saltar a los cigarrillos tradicionales.
La dependencia psicológica es un riesgo que los jóvenes menosprecian o desconocen. De ahí que el aumento progresivo que este tipo de cigarrillo viene experimentando desde 2014 (300.000 consumidores) a 2018 (472.500) ponga en alerta a las instituciones sanitarias, que deberán diseñar planes específicos para alertar de los perjuicios de sustituir el 'piti' por el vapeador eléctrico.
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