Suecia se hunde en la inestabilidad
El hasta ahora primer ministro, Stefan Löfven, pierde la primera votación de investidura en el Parlamento.
Incertidumbre en Suecia. Tras unas elecciones en que los eurófobos e identitarios Demócratas Suecos se consolidaron como la tercera fuerza del país, Stefan Löfven, ganador de las elecciones por el partido socialdemócrata, ha perdido la primera votación de investidura en el Riksdag.
En el voto de confianza, 204 diputados (de 349) han votado contra el hasta ahora primer ministro, mientras que solo 142 lo han hecho a favor. Ha habido tres abstenciones. Todos los partidos de la derecha se han coaligado para votar en contra de un gobierno de izquierdas.
Ahora el presidente del Parlamento debe hacer otra ronda de negociaciones entre los grupos políticos antes de nombrar a un nuevo candidato.
Es aquí donde empiezan las dudas. Los Moderados (un partido democristiano ubicado en el centroderecha) no ha negado en redondo la posibilidad de formar gobierno con los Demócratas Suecos. De hecho, durante la campaña electoral ya insinuaron que podrían llegar a un acuerdo con los identitarios.
El problema estriba en que otras pequeñas formaciones de la derecha, como los Liberales o los diputados de Centro, que son claves para respaldar ese pacto, se niegan a acordar nada con los eurófobos.
Así pues, ¿qué salida le queda a Suecia? Con la voladura del sistema de partidos y los Demócratas Suecos quebrando los tradicionales bloques a derecha e izquierda, si no se consigue votar a un candidato a primer ministro el país escandinavo deberá volver a las urnas... con el riesgo de que los eurófobos mejoren sus resultados. Abróchense los cinturones.
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