Adidas, no gracias

Adidas la multinacional que nació alemana y ha acabado siendo filandesa, ha ofrecido 90 millones de euros al Bayern de Guardiola, el próximo rival del Barça en la Champions, para que el equipo de Munich vista sus camisetas hasta el 2030.

Adidas la multinacional que nació alemana y ha acabado siendo filandesa, ha ofrecido 90 millones de euros al Bayern de Guardiola, el próximo rival del Barça en la Champions, para que el equipo de Munich vista sus camisetas hasta el 2030. Es una cantidad enorme, sobre todo, si la comparamos con los 36 millones que reciben los azulgranas por llevar el anagrama de NIKE cuyos dirigentes tendrán que rascarse el bolsillo si quieren que los del Nou Camp continúen siendo uno de sus iconos más importantes en el mundo del futbol.

La historia de Adidas es muy accidentada, puesto que nace con el impulso inteligente de dos hermanos, que tras la guerra mundial se separan definitivamente y a uno de ellos se le cuestiona por su pasado de colaboracionista nazi. Precisamente a Adolf "Adi" Dassler a quien la marca debe su nombre. Un circunstancia que luego va seguida de éxitos comerciales y ventas de la sociedad en apuros ,que pasa por manos siniestras como la de Bernard Tapie, el polémico presidente del Olympic de Marsella que acabará en los juzgados y obligado a abandonar la empresa. Hoy en día tras multimillonaria compra por la finlandesa Amer Sports en el 2005 Adidas lleva unos años de expansión galopante y viste entre otros a la FIFA en los mundiales y también al mismísimo Real Madrid.

Y sin embargo, pese a ser el proveedor del llamado equipo del régimen español, cuando vas a su lujosa tienda del Paseo de Gracia te encuentras con el desprecio a todo lo que suene a la marca España a la que en su Home Court ningunean hasta el insulto como si la mayoría de sus clientes no hablaran ese idioma y la multinacional que abandera al Real Madrid, aquí en Catalunya, pretendiera hacerse perdonar este patrocinio, apostando por un independentismo empresarial oportunista y zafio, que nadie le ha pedido y que, por supuesto, nadie se lo puede creer. O sea, que con sinceridad y ante semejante estupidez, a uno lo único que se le ocurre es decir: Adidas, no?.gracias.

Manuel Fernando González
Editor
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