sábado, 20 de abril de 2024 06:47
Sociedad

La ONCE, preocupada por la proliferación de plataformas únicas mal señalizadas

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Hace años que en muchos municipios catalanes proliferan las calles peatonales que comparten el paso de las personas con la circulación de vehículos. Se llaman calles de plataforma única y son aquellas que no disponen de bordillo que separe la calzada de la acera y conviven peatones y tráfico rodado. Esto provoca una gran problemática para las personas ciegas y con discapacidad visual para que, sin saberlo, pueden estar deambulando por donde circulan coches, motos, buses y / o bicicletas.

Las características físicas de las calles de plataforma única, al no disponer de la acera, dificultan la orientación de las personas con discapacidad visual, y los produce incertidumbre y mucha tensión. Lo más grave son los riesgos físicos que pueden representar, si no están correctamente señalizados.

El tráfico de vehículos motorizados es una circunstancia peligrosa en sí misma, que se incrementa cuando sus espacios de tránsito coinciden con los de los peatones. En definitiva, aunque la seguridad y la utilidad son factores que a priori se consideran garantizados para todos los peatones en las plataformas únicas, su diseño y señalización no siempre favorece la autonomía del colectivo de personas con discapacidad visual y de otros ciudadanos.

Razones:

- No tener bordillo hace que no se tengan garantías de por dónde se está caminando.

- Hay calles donde, para segregar la zona de circulación de los coches y la acera, se suelen instalar elementos separadores (pilones, macetas, árboles, bancos ...). Estos elementos no pueden ser sustitutivos bordillo para que la separación que hay entre ellos permite el paso de una persona y puede invadir, sin darse cuenta, el espacio destinado para los coches.

- Los cruces por cualquier lugar de la calle (falta el paso de peatones y, por tanto, faltan encaminamientos que dirijan hacia el lugar adecuado para cruzar).

- Calles con poco tráfico y reducción de velocidad. El flujo de tráfico rodado que circula por una calle resulta esencial para confirmar auditivamente, en todo momento, alinearse para tomar direcciones, mantener la línea recta y no invadir la calzada.

- Circulación de bicicletas por cualquier parte de la calle de plataforma única.

- Amplitud de los espacios con presencia de obstáculos en las calles. La amplitud de estos espacios ofrece múltiples posibilidades para poner obstáculos: terrazas, jardineras decorativas, expositores situados en entradas de comercios, .... Todo esto puede llegar a ser un problema añadido, una carrera de obstáculos para las personas ciegas o deficientes visuales.

En definitiva, las calles de plataforma única, sobre todo si no están correctamente señalizados, constituyen un serio inconveniente para el desplazamiento autónomo de las personas con problemas graves de visión y riesgos para muchos otros ciudadanos. La ONCE ha manifestado esta preocupación reiteradamente, desde que se empezaron a implantar las calles peatonales, con escasa respuesta de la administración, y sin que hoy por hoy esté recogido en la legislación como hacer la señalización de una forma adecuada.

La tendencia es que cada vez sean más las calles transformados y con más variantes, por lo que es necesario crear una normativa homogénea para todo el territorio. Ahora tenemos una gran oportunidad para hacerlo con el despliegue de la ley de accesibilidad de Cataluña que se aprobó el año pasado en el Parlamento. El reglamento de desarrollo debe tener en cuenta medidas para garantizar que las personas con discapacidad visual y también otros ciudadanos no se expongan a riesgos y que no limite, más si cabe, la posibilidad de ser independientes en su movilidad.

Para hacer estas vías más seguras se debería:

1. Colocar una franja de pavimento táctil de botones para delimitar el espacio de tránsito de los peatones en los vehículos (pavimento indicador de advertencia o de proximidad a puntos de peligro). Es necesario que exista suficiente contraste táctil con el pavimento circundante, ya que en caso contrario, resulta muy difícil su localización mediante el bastón de movilidad o la suela de los zapatos.

2. Dotar de un contraste cromático alto entre todo el pavimento de la zona vehicular y peatonal.

3. Establecer zonas de cruce "formalizado". Esta medida beneficiará también a las personas con otro tipo de discapacidad: personas mayores, etc.

4. Colocar pavimentos podotáctiles en las intersecciones y en los cruces.

5. Instalar semáforos sonoros en los cruces.

6. Implementar carriles bici, situados en la zona destinada a la circulación de vehículos, delimitados por bordillos o diseñados con un pavimento claramente diferenciado, tanto táctil como visual.

Asimismo, sería necesario extremar las medidas para mejorar la seguridad de las personas que circulan a pie en estas vías. Entre otros, se debería:

- Evitar que se coloquen los carteles publicitarios de los comercios, terrazas, expositores o elementos decorativos de los comercios, ... junto a las paredes, es decir, al "itinerario peatonal accesible".

- Ejercer la vigilancia necesaria para que los coches no aparquen indebidamente.

- Establecer una velocidad máxima para las bicicletas (10 km / h.)

Mientras no se apruebe la normativa correspondiente, sería bueno que la construcción de este tipo de vías se ralentizara para evitar que luego se tengan que hacer inversiones muy costosas para reconducir el que no se haya hecho bien desde un inicio.

Un segundo aspecto que preocupa la ONCE y afecta a las personas ciegas en todas las vías, es la proliferación de los vehículos con motores eléctricos o híbridos, tan silenciosos que las personas con discapacidad visual o auditiva - incluso otras partes de la población-, tienen dificultad para advertir su presencia, con el riesgo que ello conlleva.

El sentido común nos dice que hay que compatibilizar el uso de este tipo de vehículos, la reducción de la contaminación acústica y la seguridad de los peatones. Una posible alternativa para mejorar esta seguridad, consistiría en que este tipo de vehículos estuvieran dotados de un emisor de sonido que advirtiera a los peatones de su circulación a determinadas velocidades y circunstancias.

La ONCE trabaja con la Generalidad de Cataluña el reglamento de desarrollo de la ley 13/14 de accesibilidad aprobada el año pasado, y considera que es una oportunidad única para regular este tipo de vías por el beneficio de todos los ciudadanos. La ONCE basa todas estas apreciaciones en las opiniones de los afiliados a la ONCE, más de 10.000 en Cataluña, buena parte de los cuales atendemos diariamente. Y en la probada experiencia de los técnicos de rehabilitación que llevan a cabo el asesoramiento para hacer la vida lo más normalizada, integrada e independiente posible a las personas con discapacidad. Una gran labor social que iniciamos casi hace 77 años.

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