FRANCAMENTE QUERIDO, ME IMPORTA UN PITO

Se me aparece en la cabecera de los digitales una banda roja anunciando, con urgencia, que un tal Martínez, líder de la UGT en Madrid, dimite por el asunto de las tarjetas de crédito misteriosas que usaban los consejeros de Caja Madrid.

Se me aparece en la cabecera de los digitales una banda roja anunciando, con urgencia, que un tal Martínez, líder de la UGT en Madrid, dimite por el asunto de las tarjetas de crédito misteriosas que usaban los consejeros de Caja Madrid.

Si el tal Martínez y el resto de los niños de Écija que, en esta ocasión, no eran siete sino 28 del PP, 15 del PSOE, 4 de IU y 10 de los sindicatos, hubiera tomado un café esta mañana con los parroquianos que comparten conmigo mesa y mantel, podría haber escuchado las lindezas que le dedica el personal a esta gentuza y que no reproduzco porque estamos en horario infantil.

Dimitir, de que, de donde, de que leches nos importa a los paganos que dimita o no; solo existe, para el indignado paisanaje, una solución que ya pusiera don Pedro Calderón de la Barca en boca de Pedro Crespo, Alcalde de Zalamea: "Con respeto le llevad/a las casas en efeto/ del concejo, y con respeto/un par de grillos le echad/y una cadena/ ??.Y a todos también poned/en la cárcel, que es razón?..

Que dimita o se tire por un puente, francamente querido, me importa un pito, como dijo Clark Gable.