jueves, 28 de marzo de 2024 17:41
Opinión

¿Qué debes saber sobre el ébola?

Dra. Angélica Bonilla Escobar
Dra. Angélica Bonilla Escobar
Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública 

El virus del Ébola produce un tipo de fiebre hemorrágica. Es de la familia de los Filoviridae, que recibió el nombre de un río de la República Democrática del Congo (ex-Zaire), donde fue descubierto en 1976.

El virus del Ébola produce un tipo de fiebre hemorrágica. Es de la familia de los Filoviridae, que recibió el nombre de un río de la República Democrática del Congo (ex-Zaire), donde fue descubierto en 1976.

Cinco especies del virus han sido identificadas : Sudán, Bundibugyo, Reston, Tai Forest, y Zaire; esta última es la que afecta a África occidental. A excepción del ebola virus Reston, que afecta únicamente a primates, todas causan enfermedad en humanos.

Origen y antecedentes

Alguna vez se pensó que se originó en los gorilas, ya que los primeros brotes fueron en humanos que comían carne de gorila. Teoría ya descartada, sobre todo porque cuando se infectan llegan a tener incluso más probabilidades de morir que los humanos.

A día de hoy, aún no se tiene certeza de su origen. Se cree que los murciélagos de la fruta podrían ser el huésped natural del virus, y que los simios y los humanos se contagian por comer alimentos contaminados con secreciones de murciélagos, o entrar en contacto con superficies contaminadas.

Treinta epidemias de ébola han afectado a aldeas apartadas de África central (República Democrática del Congo, Uganda, Sudán, Gabón), antes de extenderse hacia el oeste en marzo de 2014.

Epidemia actual

Se han producido ya 1.011 muertes sobre un total de 1.835 casos, en Guinea, Sierra Leona y Liberia. En Nigeria, a raíz de un caso importado, 2 muertes sobre 13 casos. Siendo la tasa de letalidad respectivamente por país de 74 %, 43 %, 54 % y 15 %. La tasa de letalidad actual está dentro del rango que ha mostrado la cepa Zaire en brotes previos, que va de 44 % a 90 %. Es decir, que de momento esta cepa no es más letal o más virulenta que en ocasiones anteriores.

La alerta de este brote surge por su extensión, lo cual tiene más relación con la capacidad de contener la epidemia que con la letalidad del virus. Se ha observado una respuesta tardía de la Organización (OMS), lo cual sorprende dado que el brote ha surgido en una zona bastante alejada de los brotes anteriores, en ámbitos urbanos, a diferencia de los rurales afectados en el pasado, y de alta movilidad.

Por otro lado, los países principalmente afectados, Guinea, Liberia y Sierra Leona, son de los países más pobres del mundo. Cerca de la mitad de los adultos de estas naciones son analfabetos. El ingreso per cápita anual en promedio para los tres países es de tan solo 597 $, la vida de 55 años y la inversión en salud es en promedio de 12,7 $ por habitante/año. Conociendo esto, no causa sorpresa las dificultades para controlar la epidemia en dichas zonas.

Adicionalmente son naciones que comparten una cruel historia de guerras civiles desde 1989 hasta casi 2003, dejando más de 400.000 muertos, desplazando a medio millón de personas de sus hogares, y violentando decenas de miles de niñas y mujeres. Lo cual evidentemente tiene un impacto en el comportamiento social y cultural de estas poblaciones.

Magnitud de la epidemia en perspectiva

El ébola tiene una alta tasa de letalidad (muertes/número de infectados) al compararlo con otras enfermedades. Aunque, de forma global tiene un impacto reducido. Si comparamos el total de muertes de la enfermedad del Ébola con otras enfermedades infecciosas prevalentes en África y en el mundo, tenemos que ha causado unas 2.500 muertes hasta la actualidad, frente a las 1,3 millones de muertes causadas por la tuberculosis solo en 2012, el VIH/SIDA, que ha causado 36 millones de muertes, la malaria 627.000 muertes (90 % en África), el cólera 110.000 muertes (97 % en África) y lagripe estacional, que solo en España causa entre 1.000 y 4.000 muertes al año. Algunas de estas cifras pueden incluso estar subestimadas dado que los países no informan de todos los casos exhaustivamente.

Síntomas

Después de un período de incubación (desde que el virus ingresa al organismo hasta que aparecen los síntomas) de entre 2 y 21 días, aparece repentinamente fiebre, debilidad intensa, dolor muscular, dolor de cabeza y dolor de garganta. Estos síntomas son seguidos por vómitos, diarrea, sarpullido, insuficiencia y hepática, y, en algunos casos, sangrado interno y externo.

Transmisión

Una persona no es contagiosa mientras no presente los síntomas. El virus se transmite entre personas por contacto directo (piel lesionada o por las mucosas) con fluidos corporales (sangre, saliva, sudor, semen, vómito, heces) de las personas infectadas. Los pacientes que sobreviven a la infección pueden contagiar durante 2-3 meses. En África, los ritos funerarios a menudo desempeñan un papel en la transmisión del virus. También puede transmitirse mediante el contacto indirecto (con agujas u objetos contaminados).

Tratamiento

Actualmente no existe tratamiento específico ni vacuna. Probablemente por el bajo impacto global que tiene el virus que se ha comentado. Además de que las circunstancias de los países afectados dificultan el seguimiento de los pocos sobrevivientes.

El ZMapp es un tratamiento experimental que solo ha sido estudiado en macacos y que en lo que va de la epidemia, se ha usado en los pacientes repatriados, dos estadounidenses y el sacerdote español Miguel Pajares, sin tener certeza de su eficacia ni de sus efectos secundarios. La OMS, mediante un proceso controvertido (sin contar con reconocidos expertos, ni con los de los países afectados) ha autorizado la utilización de tratamientos experimentales para esta epidemia. Y ayer, 12 de agosto, comunicó que está evaluando tres antivirales, dos vacunas y sueros con anticuerpos de sobrevivientes de la enfermedad. Esto no debe crear falsas expectativas, ya que ha de pasar tiempo para contar con un medicamento o vacuna seguros y eficaces. Y no debe hacer perder de vista, que lo fundamental en la epidemia actual es la contención de la misma, para la cual los recursos humanos y materiales vienen siendo insuficientes.

Dra. Angélica Bonilla Escobar
Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública

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