jueves, 28 de marzo de 2024 10:27
Opinión

Un misil contra el corazón de Europa

Manuel Fernando González Iglesias
Manuel Fernando González Iglesias

A Coruña, 1952

Los expertos en reuniones secretas nos dijeron al acabar la comedia que, un año mas, habían representado los cabezas pensantes de Bilderberg que éstos Señores tan poderosos habían vaticinado una nueva gran guerra, en la que se verían involucradas unas cuantas naciones de alto standing.

Los expertos en reuniones secretas nos dijeron al acabar la comedia que, un año mas, habían representado los cabezas pensantes de Bilderberg que éstos Señores tan poderosos habían vaticinado una nueva gran guerra, en la que se verían involucradas unas cuantas naciones de alto standing. La barruntaban hacia la zona geográfica del mar de la China y con ella, la economía global se vería afectada de una forma considerable. Ni que decir tiene que la "buena nueva", unos se lo tomaron como las Profecías de Nostradamus y otros, como el que esto escribe, como una coña de mal gusto dicha en el peor momento y con demoníacas intenciones.

Al final, resulta que "sí", que alguno que no tiene ni un pelo de tonto y busca su propio beneficio, ha decidido "permitir" que una "mano inocente" lanzara un misil y sesgara la vida de 295 personas inocentes, entre ellas, científicos de renombre, cuyo único delito era el de luchar contra el sida en beneficio de todos. Ahora, unos y otros, ucranianos y pro-rusos se echan la culpa del asesinato, como si estuviéramos en un mercado agrícola y no importara saber quien arma ambos grupos y decide la estrategia de este campo de batalla, en el que las personas pelean por los yacimientos y el oleoducto que ha de llevar el gas a la Europa rica y próspera, y no por la independencia o la adhesión a la madre Rusia como se ha escrito tan generosamente.

Porque, veamos, si estalla allí, en Ucrania, antigua república soviética, una guerra total, tengan por seguro, que ese preciado combustible sin el que no pueden encender sus calefacciones ni cocinar la mayoría de los hogares europeos, habrá que cerrar el gaseoducto de Gazprom, y el preciado líquido tendrá que reenviarse por la línea española que nace en Argel o a través de los cientos de barcos que nos enviarán los norteamericanos, que tienen los depósitos a rebosar y que también son arte y parte de este asqueroso conflicto. Y eso significa mucho dinero para unos y pérdidas considerables para los rusos, que no creo que esten dispuestos a quedarse con los brazos cruzados.

¿A quién interesa, pues, que los europeos veamos ese incalificable atentado a imagen y semejanza de aquel otro que ya forma parte de nuestra historia común y que ocurrió en Sarajevo nada menos que un 28 de Junio de 1914 provocando la Primera guerra mundial? ¿A los rusos, a los americanos, a los chinos, a los europeos, a los millonarios de Bilderberg, a los ucranianos?..?¿A quién??

La pregunta queda ahí, aunque la respuesta sea muy fácil: a los que van a ganar mucho dinero metiéndonos a todos en el lío y de paso cercenando de raíz los movimientos sociales que están comenzando a poner nerviosos a los gobiernos de muchas naciones europeas. Por todo eso, y "algo" mas no tengan ninguna duda de que este misil ha sido lanzado no contra un avión de Malasya sino, sobre todo, y con toda la mala intención de alcanzar el corazón de Europa.

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