viernes, 29 de marzo de 2024 14:26
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Götze le da la victoria a Alemania en la prórroga

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Los alemanes consiguen su cuarta estrella de campeones del mundo en un partido en el que les costó superar el empuje de Argentina, que fue el equipo que tuvo las mejores ocasiones

Alemania y Argentina honraron la final de este Mundial con uno de los mejores partidos del campeonato. Fue un encuentro vibrante en el que no valió nada de lo ocurrido en el último mes. Los antecedentes daban crédito al nuevo fútbol total de esta generación de alemanes. La oportunidad de los argentinos estaba en su intensa manera de vivir el fútbol y en la capacidad de su estrella, Leo Messi, para hacerse valer en uno de esos partidos para los que nacen los mejores del mundo.

Los dos equipos trataron de jugar a lo que saben. Alemania, a tocar, a llegar con buen gusto a todas las esquinas del terreno de juego, a ganar por fútbol. Solo le faltó Khedira para hacerlo en su once inicial. El madridista se cayó por unas molestias durante el calentamiento. Argentina saltó a Maracaná a contrarrestar el teórico poderío alemán con presión, fuerza, fe, contras... y Messi.

Pronto se vio que el encuentro iba a ser más equilibrado de lo previsto. Porque aunque Alemania venía de meterle siete goles al anfitrión, la intensidad de los argentinos salió a relucir para poner de relieve las ganas de la albiceleste por coserse en el pecho la tercera estrella.

De hecho, Higuaín estuvo a punto de desequilibrar el encuentro cuando solo habían transcurrido 20 minutos. Sin embargo, el delantero del Nápoles volvió a ser aquel que no terminó de convencer al Bernabéu por las ocasiones marradas. En esta ocasión recibió solo delante de Neuer para disparar con la derecha pero pegó mal a la pelota, que se fue por la derecha del guardameta alemán.

El Pipita quiso resarcirse casi de inmediato, pero su remate después de una buena combinación entre Messi y Lavezzi fue anulado por fuera de juego. Acertó Higuaín, pero solo en el disparo, no en su ubicación sobre el campo.

Estas dos ocasiones pusieron de relieve que Alemania necesitaba algo más que la posesión de la pelota para doblegar el arrojo albiceleste. Pero el equipo de Löw siempre fue fiel a su estilo. Es más, cuando Kramer se tuvo que retirar del campo tocado, el técnico apostó por un punta, Schürrle, para reforzar al equipo.

El delantero del Chelsea estuvo muy participativo durante todo el encuentro y no tardó en intervenir en una de las jugadas de gol de su equipo en la primera parte, una acción entre él y Müller que terminó en nada por fuera de juego de Özil.

Pero Alemania solo tuvo una gran ocasión de gol en la primera mitad. Fue en su recta final, cuando Howëdes remató al palo un saque de esquina. Hasta entonces sí demostró toque, pero lo más relevante fue la capacidad infinita de Klose para vivir de su oportunismo, aunque en este caso más para robar balones en la línea de creación argentina que para hacer un gol.

Messi estaba y se le veía con ganas, pero no fue protagonista hasta que llegó la segunda mitad. En el arranque de este periodo, el astro recibió de Biglia para ganarle la espalda a Boateng y encarar a Neuer. Su disparo se fue pegado al palo de la portería alemana. No fue su primer aviso.

En ese momento, los porteros se convirtieron en protagonistas. Repitió el alemán saliendo con todo cuando Higuaín avanzaba a su portería. Los argentinos pidieron penalti, aunque el guardameta tocó el balón antes de llevarse por delante a su rival. Luego Romero se encargó de salir con acierto para abortar otra ocasión de alemania en la que le le fue larga la pelota a Schürrle.

Hasta el final de los 90 minutos, dos hombres que están llamados a encontrarse en la Liga española intentaron de nuevo decantar el encuentro. Primero Messi con un disparo que no encontró puerta. Luego Kroos lanzando fuera un balón que le llegó tras una buena combinación de Lahm y Özil.

Pero el partido parecía abocado a una prórroga que los alemanes encaraban con la sangre fresca de Götze, y Argentina, con la de Palacio. Los dos tuvieron su momento. Pero aunque el tiempo extra comenzó con un buen disparo de Schürrle que detuvo Romero, fue el argentino Palacio el que tuvo la primera ocasión. Su vaselina por encima de Neuer, sin embargo, se perdió por la línea de fondo.

La gloria no iba a ser esta noche para él, sino para Götze. El tres veces ganador de la Bundesliga, dos con el Borussia Dortmund y una con el Bayern, culminó de forma magistral una gran jugada de Schürrle por la izquierda. Lo hizo parando la bola con el pecho y rematando con la izquierda antes de que el esférico cayera al césped. La pelota entró sin que Romero pudiera hacer nada. Era el minuto 113, tres menos que el 116 en el que Iniesta iluminó el mundo desde Johannesburgo hace cuatro años.

Alemania es campeona del mundo. Una campeona merecida. Argentina tuvo sus oportunidades, pero no supo aprovecharlas. También tuvo a un Messi que quiso pero no terminó de ser el dueño de cuatro balones de oro. Sea como sea, hay un nuevo campeón del mundo. La alemania de Löw, un digno heredero de su antecesor, la España del ticki taca que forjaron Luis Aragonés y Vicente del Bosque.

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