El presidente de la Diputación de Barcelona acompañado de su esposa y diez altos cargos viajan a Roma
La presentación del documental del eclesiástico 'Miquel Batllori, l'agudesa d'un savi', ha servido para que una amplia delegación de la Diputación de Barcelona viaje a Roma para estar presentes en este "importante acto".
La amplia representación provincial estaba compuesta por su presidente Salvador Esteve y su esposa, que suele acompañarlo en sus diversos viajes oficiales; el vicepresidente primero y alcalde de Cercs, Ferran Civit, también muy viajero oficial; la vicepresidenta segunda y alcaldesa de Sant Cugat Mercè Conesa; el vicepresidente tercero y alcalde Vilassar de Mar, Joaquín Ferrer, y su esposa; el diputado y responsable de Hacienda y regidor en el ayuntamiento de Sabadell, Carles Rossinyol, y esposa; el diputado y alcalde de Tordera Joan Carles García Cañizares; el coordinador general de la Diputación Xavier Forcadell y el director de planificación estratégica, José María Elorduyy dos asesores, todos ellos de CIU.
El desplazamiento hasta la capital italiana se ha realizado en avión, a excepción de Joaquín Ferrer que lo ha hecho en coche particular. La duración del viaje ha sido de domingo a miércoles.
Miquel Batllori fue historiador y jesuita, nacido en Barcelona, considerado uno de los grandes eruditos del siglo XXI y el mayor especialista en Ramón Llul y la familia Borgia. Durante bastantes años fue profesor de la Pontifícia Universidad Gregoriana. Por ello, la presentación del documental ha tenido lugar ahí. En la agenda de la comitiva provincial estaba previsto la asistencia a una misa privada con el santo padre y la oportunidad de saludarlo personalmente. Ninguna de las dos cosas fueron posibles y el regalo que llevaron para tan importante ocasión volvió con ellos a Barcelona.
Según fuentes de la Diputación, los billetes de avión de las consortes fueron abonados por ellas. El hotel en el que se alojaron todos era de tres estrellas. ¿Pagado por la Diputación? Según otras fuentes, el alojamiento y manutención fueron a cargo de la Diputación de Barcelona.
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