sábado, 20 de abril de 2024 18:28
Opinión

Una lección contra la desigualdad y la imposición

Joan Carles Gallego
Joan Carles Gallego
Secretario general de CCOO de Cataluña

La movilización de los vecinos de Gamonal en Burgos ha acabado con una importante victoria. En un barrio obrero, golpeado por la crisis, el Ayuntamiento quería imponer un proyecto urbanístico y se encuentra con la oposición vecinal, que considera que es una operación no justificada y de carácter especulativo.

La movilización de los vecinos de Gamonal en Burgos ha acabado con una importante victoria. En un barrio obrero, golpeado por la crisis, el Ayuntamiento quería imponer un proyecto urbanístico y se encuentra con la oposición vecinal, que considera que es una operación no justificada y de carácter especulativo. Cómo decía la Asociación de Vecinos: en un barrio donde la ciudadanía está sufriendo la violencia cotidiana del paro, los desahucios, la pobreza y los recortes, donde no hay dinero para mantener abierta una guardería o disponer de un transporte público adecuado, hay que paralizar la construcción de un bulevar, con dinero público y ejecutada por un rico promotor inmobiliario con vínculos corruptos con el Gobierno de la ciudad. La movilización vecinal ha conseguido que, de momento, el alcalde de Burgos se haya visto forzado a retirar el proyecto urbanístico.

Una victoria parcial, sin duda, pero que permite poner en valor quea pesar de la extrema dureza con que los gobiernos están aplicando sus políticas antisociales es posible incidir. Se ha evidenciado que es posible derrotar prácticas y formas de gobierno autoritarias. La fórmula ha sido una importante movilización, organizada, unitaria y masiva, con objetivos claros y alcanzables y con alternativas, y con un importante apoyo social y mediático. A pesar del despliegue policial y los intentos de criminalizar la protesta, la participación masiva y responsable de los vecinos en la organización, en las asambleas y en las acciones han obligado el Gobierno de la ciudad a retirar la agresión que representaba la imposición de un proyecto especulativo. Se ha cuestionado así, también, la práctica de los gobiernos de imponer de manera autoritaria medidas y acciones al margen del diálogo y la negociación con los sectores afectados y con los interlocutores sociales.

El conflicto no se explica al margen de un contexto donde la desigualdad social está instalada y la precariedad laboral y social se ha incrustado en el cuerpo social. Mientras tanto, el sistema institucional, que impone la austeridad y que impacta negativamente en la ciudadanía, está atravesado por prácticas de corrupción y amiguismo, que alimentan la especulación y enriquecen unos pocos empobreciendo la mayoría para seguir haciendo crecer la desigualdad. Y no se explica tampoco sin entender que las formas de gobierno autoritarias debilitan la democracia y aumentan la injusticia. El diálogo, la negociación, la concertación o la participación están siendo excluidas de los mecanismos de toma de decisión política. Los gobiernos utilizan los votos emitidos cada cuatro años por la ciudadanía como delegaciones de voluntades incondicionales. Hacen y deshacen al margen de toda responsabilidad u obligación, sin rendir cuentas, sin cumplir los programas y sin mecanismos establecidos de participación y diálogo social.

El Gobierno sabe que desigualdad y libertad están en proporción inversa: más desigualdad es menos libertad y menos libertado conlleva más desigualdad. Así al menos parece derivarse de las políticas imperantes al país (reforma laboral, aborto, reforma de las administraciones locales...) por unos gobiernos ideológicamente contrarios a la igualdad. La Ley de seguridad ciudadana sería el estandarte de la deriva autoritaria que se ha instalado en las formas de gobierno, el instrumento para reprimir la protesta social, por anorrear la libertad. En este marco, Gamonal ha sido una importante lección de acción ciudadana de fraternidad. Los vecinos hermandados han cuestionado el trasfondo de desigualdades sociales y de imposiciones de una minoría privilegiada, y han forzado un cambio. Para construir el futuro necesitamos actuar, de manera organizada, unitaria, amplia y propositiva, y así poder lograr un giro social en las políticas de los gobiernos, hacer avanzar el diálogo y construir democracia. Tenemos que visualizar un horizonte de fraternidad, igualdad y libertad.

Joan Carles Gallego, secretario general de CCOO de Catalunya

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