Aquí pasa algo

Algún tipo de desavenencia debe existir en el seno de la Familia Real para que el Presidente del Gobierno de España se muestre tan "apático" en corregir el desajuste de la sustitución del Rey en un caso tan fragrante como el de su entrada en quirófano coincidiendo, menuda imprevisión, con el viaje de nuestro primer ministro a través del Atlántico camino de la ONU.

Algún tipo de desavenencia debe existir en el seno de la Familia Real para que el Presidente del Gobierno de España se muestre tan "apático" en corregir el desajuste de la sustitución del Rey en un caso tan fragrante como el de su entrada en quirófano coincidiendo, menuda imprevisión, con el viaje de nuestro primer ministro a través del Atlántico camino de la ONU. Es pura suposición, porque desde luego, como tantos otros colegas, renuncio a que algún político o representante regio me aclare las dudas al respecto. No obstante, ¡aquí pasa algo!.

Son tantos los años que han pasado desde que debería haberse solucionado un tema tan evidente, que intentar ahora con un "señor mayor" recién operado, que "las cosas de palacio" vayan de prisa y por el camino apropiado es casi como pretender que una pelicula de los tiempos del gran Paco Martínez Soria sea nuestra candidata a los Oscar´s.

Yo no tengo a Mariano Rajoy por tonto. Si, en cambio, por lento y poco eficiente. Por lo tanto, su cerril actitud en no buscarle acomodo a la función real por delegación, me parece que se debe más a algún factor desconocido para la mayoría de los contribuyentes que al deseo del político popular de marear la perdiz hasta que el hedor se vuelva insoportable.

Si ello es así, la oposición, especialmente la socialista, no debería permitir semejante atropello antidemocrático. A muchos de nosotros que hemos nacido en la Dictadura y luego hemos vivido en una Democracia pactada o tutelada, como se quiera llamarla, nos queda aun por cumplir un sueño. El advenimiento pacifico y ordenado con abdicación regia incluida aprobada por la Cortes de una III República en la que pueda vivir al completo la Familia real como cualquier otro ciudadano lo haría a plena satisfacción. Por eso lo que está pasando molesta a monárquicos o juancarlistas, a los demás seamos cuantos seamos, nos duele de una forma un tanto especial y nos predispone a manifestarlo públicamente después de tantos años de paciente espera y a la vista del papelón que están desempeñando varios miembros destacados de esa Monrquía orgánica.

¿Estamos ante una nueva Transicion? ¿Es el momento de darle la vuelta al Estado y crear otro nuevo?.Son preguntas que habrá que hacerse en voz alta y sin miedo, para que, al mismo tiempo que salimos de la crisis económica, consigamos alcanzar la velocidad de crucero que tienen ya otros países de nuestro entorno, haciendo más moderna y eficiente la actividad política, Monarquía ,partidos y organización territorial incluidos.

Manuel Fernando González

Editor y Director

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