A 70 AÑOS DE LA MUERTE DE HITLER

El 30 de abril pasado se cumplieron 70 años de la muerte de Adolf Hitler y de su esposa, unidos en matrimonio pocas horas antes del desenlace. Eva Braun ingirió una cápsula de veneno. La efectividad de este engendro químico había sido probada con anterioridad por el Führer, quien se lo hizo tragar a su perra pastor preferida, la que murió acto seguido.

Por aquel entonces, Hitler no solía asomarse casi nunca por Berlín. Permanecía constantemente en su paradisíaca residencia de Baviera, donde el jefe de los nazis pasó gran parte de la guerra, mientras el mundo se desangraba en cruentos enfrentamientos.

A mediados de enero de 1945, ante la inminencia de la derrota alemana, Hitler se traslada al Führerbunker, un recinto subterráneo fortificado, de 18 habitaciones y a 15 metros por debajo de la calle actualmente llamada Gertrud Kolmar –poeta judía asesinada por los nazis-, sita en el centro de Berlín, al lado del edificio de la cancillería. A partir de aquel momento, en muy pocas ocasiones se vio al tirano abandonar el búnker. Su última salida fue el 20 de marzo, para condecorar con la Cruz de Hierro a unos pocos integrantes de las Juventudes Hitlerianas, en los jardines de la cancillería.

La foto de este desesperado episodio es muy conocida: el Führer le da una palmada en el cachete a un chico al que aún no le había salido la barba. Como no quedaban efectivos para enfrentarse a las tropas de liberación soviéticas, que estaban a un tiro de piedra de la capital, se reclutaban para el combate tanto a jóvenes de 16 años como a hombres de 70. La madrugada del 29 de abril de 1945, Hitler desposó civilmente a Eva Braun. Pocas horas después, pasadas las tres de la tarde del día 30, a los 56 años, se suicidó junto a su joven y reciente cónyuge, pegándose un tiro en la boca.