MADRID Y VALENCIA, LA CARA Y LA CRUZ DE LOS PACTOS

Mientras Podemos le hacía el “puenting” al PSOE en Valencia, lo cual ha provocado un monumental cabreo de los dirigentes sociatas, en Madrid todo son ya flores y violas en el pacto municipal que los de los de la anticasta y los de la casta han decidido escenificar, pública y conjuntamente, en una rueda de prensa multitudinaria.

Comparar a Manuela Carmena con Mónica Oltra es sencillamente un esfuerzo tan inútil como desproporcionado. Imaginar que Ximo Puig se parece en algo al profesor Antonio Miguel Carmona es como decir que el Levante, con todos mis respetos, tiene todos los números de llegar a ser el Manchester United de toda la vida, en el concierto futbolístico europeo. Cada pacto es cada pacto y el de la zona levantina tiene toda la pinta de ser una parodia, mientras que el de los madrileños encierra una altura intelectual y personal muy difícil de conseguir en el actual panorama político español.

Así las cosas, es normal que el nivel de los cabezas de lista marque el desenlace de los pactos, aunque a sus respectivas direcciones el matiz les parezca casi insignificante. Son las consecuencias de tantos años gobernados por mediocres que han tenido secuestrada a la política, en base a una democracia partidista, en la que los mediocres cuanto más dóciles se mostraban, más y mejores cargos alcanzaban en sus respectivas carreras institucionales.

En conclusión: mientras las listas no sean abiertas y los electores puedan conocer personalmente a sus candidatos y ponerlos o quitarlos, en este país, no se acabarán de redondear los avances que ahora se inician que todavía son escasos y van a seguir creando problemas de “protagonismo” que tanto perjudican la buena salud democrática. Valencia y Madrid son dos buenos ejemplos.