Messi y Neymar liman los colmillos del Atlético de Madrid
Cuando dos campeones se enfrentan, lo menos que pueden esperar los aficionados es que sus estrellas estén a la altura. Un jugador que sabe esa máxima es Leo Messi. Y este sábado la llevó a la práctica en el Calderón, donde los dos últimos ganadores de la Liga se enfrentaron a mayor gloria del argentino, que pese a no entrenar en toda la semana y pese a iniciar el choque en el banquillo fue el hombre que terminó decantando la contienda.
Cuando dos campeones se enfrentan, lo menos que pueden esperar los aficionados es que sus estrellas estén a la altura. Un jugador que sabe esa máxima es Leo Messi. Y este sábado la llevó a la práctica en el Calderón, donde los dos últimos ganadores de la Liga se enfrentaron a mayor gloria del argentino, que pese a no entrenar en toda la semana y pese a iniciar el choque en el banquillo fue el hombre que terminó decantando la contienda.
Sin embargo, ninguna de estas armas salió a relucir en los primeros compases del choque. Sí se vio a un Iniesta con ganas de ponerse el equipo a sus espaldas, recogiendo el testigo de Xavi, pero tampoco el Barcelona hizo un juego para que el Calderón se echara a temblar.
Y aunque Fernando Torres amagó con una de sus arrancadas que terminó frustrando Vermaelen, la primera gran ocasión del choque no llegó hasta que pasados los primeros 20 minutos Luis Suárez estrelló un balón en el larguero.
El Atlético, como casi siempre, jugó a no descomponerse, a esperar su momento. Y al Barcelona le costó encontrarle los desajustes. Al partido, en realidad, le faltaba Leo Messi.
Eso sí, antes de que saltara el argentino al terreno de juego vio desde el banco cómo el Atlético se adelantaba en el marcador. Otra cabalgada en vertical de Fernando Torres en la que terminó definiendo con su pierna derecha. El disparo, muy ajustado, supuso el primer tanto del partido. Buen centro de Tiago para el 9. Alegrón para el Calderón, donde los Atlético-Barcelona son siempre más que un partido.
No duró mucho la celebración de los rojiblancos. Lo que tardó Neymar en lanzar una falta a la escuadra de Oblak. Imparable la ejecución del brasileño, que en el primer tiempo pecó de individualista en una acción en la que pudo centrar a Rakitic para encontrar el camino del gol.
Y entre gol y gol, Mateu Lahoz quiso convertirse en protagonista con su criterio respecto a las manos en las áreas. En el primer tiempo no pitó una de Mascherano. En el segundo, otra de Godín, que evitó una clara ocasión de los azulgranas.
El debate lo cerró Leo Messi con su gol. Eléctrico, como siempre, en una nueva pared con Luis Suárez. Su ejecución... la habitual. Fue una de esas jugadas que transcurren en casi un segundo y que tan difíciles son de defender, incluso para una defensa tan aguerrida y coordinada como la de Simeone.
El Atlético quiso retar a su destino con un par de llegadas de Jackson Martínez y Godín. Pero no era noche para el empate. Lo había decidido un rato antes Leo Messi.
Escribe tu comentario