'Matrimonios de segundo nivel' en Italia
Era el único país europeo occidental que todavía no reconocía las uniones civiles entre parejas del mismo sexo.
El despertador, símbolo de la lucha homosexual en Italia en sus marchas, por fin ha sonado, aunque sea a medias. La Cámara de Diputados ha aprobado el texto que regula los derechos y deberes de las parejas del mismo sexo, aunque no los reconoce como matrimonio.
La ley se ha aprobado con una fuerte oposición con la Iglesia católica y los sectores más conservadores de la sociedad italiana. Ahora bien, entre los diputados sí ha habido una amplia mayoría: 372 han votado a favor, 51 se han opuesto y 99 se han abstenido.
Activistas, lesbianas, gays, bisexuales y transexuales se concentraron el miércoles por la noche en Roma para celebrarlo. Después de una dura batalla de años con la derecha y la Iglesia católica -hay que recordar que en Roma está el Estado del Vaticano-, se ha desatado la fiesta para celebrar un cambio que los activistas califican de histórico.
A pesar de ser un hecho muy destacable, la legalización se queda a medio camino ya que no se ha aprobado el matrimonio gay, solo las uniones civiles. Las parejas del mismo sexo consiguen derecho a la herencia, a la pensión, a faltar al trabajo en caso de hospitalización de la pareja y a hacer declaraciones conjuntas de la renta.
La derecha, que durante dos años se ha movilizado en contra, y el peso de la Iglesia católica italiana han presionado para impedir ir más allá. Entre los hechos que no se reconocen está la adopción, ni siquiera los de la pareja.
A pesar de que parece que la reforma se ha quedado a mitad, es importante remarcar que Italia era un país atrasado en esta materia ya que ha sido el último país de Europa Occidental a dar este derecho a los homosexuales. Para el primer ministro, Matteo Renzi, era fundamental que el colectivo contara con este reconocimiento legal.
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