YO NO ME FÍO DEL SEÑOR GIMENO

Miguel Ángel Gimeno, nuevo director de la Oficina Antifrau de Catalunya

¿Qué quieren que les diga? A mí el nombramiento del nuevo director de la Oficina Antifrau de Catalunya me suena a maniobra orquestal en la oscuridad de la vieja pero todavía poderosa sociovergencia, aderezada con algunas gotas de ambrosía independentista.

Mis motivos son muy simples: Don Miguel Ángel Gimeno tiene en su haber judicial un borrón histórico al señalar con su voto particular en el TSJC que el convergente y exalcalde de Lloret de Mar Xavier Crespo “no podía ser condenado por prevaricación”, porque entendía, el magistrado Gimeno, que su actuación, pese a recibir regalos de la mafia rusa, “no era ilícita".

Al final, sus compañeros de sala impusieron la otra teoría, o sea, la de la culpabilidad, y condenaron al "inocente" Crespo a nueve años y medio de inhabilitación para ejercer cargos públicos, así como al pago de una multa de 450.000 euros por haber aceptado regalos del empresario ruso Andrei Petrov a cambio de favorecer, desde el Ayuntamiento de Lloret, los intereses urbanísticos del capo ruso.

Con semejante mochila, uno puede imaginarse "fácilmente" cómo se planteará el señor Gimeno la grave lacra de la corrupción que afecta a los hijos políticos de Convergència y, cómo no, a los compañeros de los imputados municipales de la casa del pueblo sociata que esperan que todo siga igual y el paso del tiempo borre la huella de sus presuntas fechorías públicas. Ambas formaciones políticas han dado un ‘sí’ rotundo y entusiasta al nombramiento del expresidente del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya para el sillón que ha dejado vacante el también juez Daniel de Alfonso.

Así que, con todos mis respetos, meto en la nevera la elección del magistrado Gimeno y me espero a que actúe de oficio en su nuevo empleo, que es donde se verá hasta dónde llegan su honradez, eficiencia y, sobre todo, independencia institucional.