jueves, 25 de abril de 2024 10:36
Opinión

PSEUDO PAÍSES Y MAFIAS MANIPULADORAS

Miquel Escudero
Miquel Escudero

Naciones


En su último libro, Dioses útiles (Galaxia Gutenberg), José Álvarez Junco desarrolla un amplio y sesudo estudio comparativo de los nacionalismos europeos. “Sólo con el romanticismo llegó el principio de las nacionalidades y el intento de adecuar las fronteras políticas a las unidades étnico-culturales”; un reinterpretar la cultura y la historia en términos culturales. El profesor Álvarez Junco declara su firme creencia de no ser nacionalista, “en ninguno de los sentidos de este término”. Él propone llamar Estado-nación a “una estructura política soberana con fronteras claramente definidas y que pretende coincidir con una nación o sociedad culturalmente integrada”. Todo lo contrario de lo que resultaba el ‘collage’ bosnio, endemoniadamente incrustado de multitud de variedades grupales. Es lo que se podía esperar de la desmembración del Imperio Austro-Húngaro. La génesis de pseudo países. En 1918 surgió el ‘Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos’, antes de 30 años pasó a ser República. Y se sostuvo 35 años ‘hermanada y unida’ con el mariscal Tito. Doce años después de su muerte, Eslovenia y Croacia se separaron de Yugoslavia. Todo en medio de una brutal y organizada discordia. Crueldad programada, metódico envilecimiento.


La fragilidad de una descentralización no democrática promovería el auge de las mafias y de la corrupción, el consiguiente incremento del descontento y del desamparo. La existencia de una inexistencia. Un polvorín servido en el que mucha gente corriente dejó de serlo por un odio que se justificaba por los intolerables agravios y crímenes de los otros, siempre los otros. No importa que además de Srebrenica, hubiera Krajina y las torres de cráneos; limpieza étnica en varias direcciones. O que en Sarajevo se cifrasen en 50.000 las violaciones serbias a mujeres musulmanas. Aquella consigna repetida era ‘irrebatible’ cuando la Cruz Roja puedo determinar en menos de 2.000 las violaciones cometidas en la zona contra mujeres de diferentes nacionalidades. El éxito de la manipulación triunfante y la estrategia publicitaria, en favor de la mentira y el odio incurable, desespero e innumerables vidas rotas. La ausencia de lucidez, nobleza y solidaridad. La carencia de espíritu crítico. La imposibilidad de reconocer la evidencia de las atrocidades del propio bando. ¿Qué se puede esperar cuando las repúblicas de taifas declaran antipatriotas a sus ciudadanos más valiosos y decentes?

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