A CARBALLEIRA DE SAN XUSTO

(Foto: Ermita de San Xusto. Pontevedra)

La Carballeira de San Xusto lleva demasiados años escuchando voces. Ella sigue a la suya, que es dejar pasar el tiempo y mantenerse viva, que no es tarea de menor enjundia. Por eso, en la últimas horas, ni se inmutó cuando escuchó la encendida soflama electoral del Presidente en funciones de Galicia Alberto Núñez Feijoo cuando éste se “indignó” porque a su íntimo amigo, el otro gran Presidente en funciones, Mariano Rajoy Brey no le salen las cuentas para su “esforzada Investidura” que le permita seguir en la Moncloa.

A Don Alberto le pudo el amor fraterno y partidista y sacó ante un fiel auditorio su lado más pasional, la famosa rauxa catalana”: ¡ Xa abonda de irresponsabilidades, bramó el ourensan- xa basta de bloqueo, xa abonda de perder o tempo e o diñeiro de todos, xa basta de parálise e xa basta do cachondeo que estamos viviendo en España. !Xa,a xa esta ben!.

Dicho lo cual, se acercó a su líder, al que la prensa afín de Madrid dice que va a suceder, y le dio un abrazo que, a algunos les pareció el de Judas y a los que no andamos por eses barrios informativos, tan solo, el saludo protocolario siempre obligado en una relación política de subordinación partidista y más en plena campaña electoral.

El Señor Feijóo sabe perfectamente que quienes no quieren apoyar a Don Mariano para que continúe gobernando está en su derecho democrático de no hacerlo, como su partido lo estuvo cuando disponiendo de una mayoría absoluta decidieron no atender las enmiendas de la oposición y gobernar con mano de hierro.

El que en este país tengamos unas leyes que no permitan gobernar a la lista más votada u obligar a un pacto de gobierno, aunque sea interino, no es culpa de un partido en concreto o de dos, sino de todos y por lo tanto de nadie, por no haber previsto constitucionalmente una solución al atasco en el que nos encontramos. ¿Habrá que votar de nuevo? Seguramente. ¿Quiere eso decir que somos más tontos que nuestros vecinos europeos? Sinceramente, creo que no. Además ellos no se pasaron “unha longa noite de pedra” de más de cuarenta años como nos pasó a nosotros. Así que, ante tamaña sequía democrática que nadie nos ayudó a saciar, tampoco es un dislate que nos emborrachemos de urnas, aunque la resaca les siente peor a los nietos de los azules que a los de los temibles rojos.