Rousseff, ante el Senado: "Siento el gusto amargo y áspero de la injusticia"
La presidenta de Brasil suspendida de sus funciones, ha insistido en su inocencia y ha advertido que está en juego "la democracia".
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida de sus funciones desde mayo pasado, se ha defendido en el Senado de las acusaciones de haber falsificado las cuentas del Estado.
En su intervención, Rousseff ha insistido en su inocencia y ha dicho que siente "el gusto amargo y áspero de la injusticia". Rousseff ha terminado a las 5 de la madrugada, hora peninsular, su comparecencia, que ha durado casi catorce horas entre la alocución y los turnos de preguntas.
Ante los 81 senadores que deberán decidir si lo apartan definitivamente del cargo, la presidenta ha avisado de que "no esperen" de ella un "obsequioso silencio" ante un "golpe de estado" a favor de un "gobierno usurpador". Rousseff ha afirmado que no lucha por su mandato "por vanidad o por apego al poder", sino que lo hace "por la democracia, por la verdad y por la justicia".
"Vengo a mirar a los ojos de sus excelencias y decirles que no cometí el delito de responsabilidad del que se me acusa", ha espetado.
Se necesitan dos tercios de la cámara alta para expulsar Rousseff definitivamente de la presidencia. Desde el pasado jueves, el Senado ha escuchado a testigos a favor y en contra. Y todo en un tenso ambiente y con mucha crispación. Este martes, los senadores votarán "sí" o "no". La clave: los votos de los senadores indecisos, que la presidenta suspendida de Brasil intentaba arañar a última hora.
Tanto la propia Rousseff como sus seguidores dan por hecho que el "impeachment" saldrá adelante y lo consideran un golpe de estado. Si es considerada culpable, Rousseff tendrá que dejar definitivamente el poder.
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