viernes, 19 de abril de 2024 11:19
Opinión

EL SUDOKU VASCO

Robert Pastor
Robert Pastor



Debate 3


Las elecciones de este domingo en el parlamento que integran los tres territorios históricos en la comunidad autónoma vasca tendrán lugar con una ausencia consolidada de violencia terrorista, tras una campaña que, a diferencia de Catalunya, ha supuesto unos debates preferentemente de tipo económico y social , por encima de los proyectos soberanistas o antisoberanista.


Un elemento básico que hay que conocer, antes de valorar encuestas o resultados, es el carácter confederal interno que la propia cámara, a impulso de la mayoría del Partido Nacionalista (PNV), estableció desde 1979, en coherencia con su tradición. Así, son las diputaciones, y no el Gobierno, quien recauda los impuestos en virtud del Concierto Económico con el Gobierno. Y a la hora de configurar el legislativo propio cada una de las tres circunscripciones elige el mismo número de miembros (25) independientemente de la población respectiva. Esto implica que el voto de un alavés valga, más o menos, por dos guipuzcoanos y el de cinco vizcaínos.


Las encuestas coinciden en augurar una nueva victoria relativa del PNV, en los tres territorios, pero sin llegar a la mayoría absoluta, que casi nunca ha conseguido. Aún menos, desde que en la segunda legislatura de Garaikoexea, se amplió la representación territorial, que era hasta entonces de 20 diputados, a 25, para favorecer la presencia de minorías.


De hecho, sólo en 2009, con la ilegalización de la llamada "izquierda abertzale", el pacto entre los socialistas de PSE-PSOE y el PP descabalgó la formación nacionalista histórica de la presidencia del ejecutivo, a favor de Patxi López, único "lehendakari" de una formación diferente.


A lo largo de estos casi 40 años, los "peneuvistas" Garaikoetxea, Ardanza, Ibarretxe y últimamente Urkullu, han encabezado sucesivamente los ejecutivos, primero con gabinetes monocolores y después en coalición, en su mayoría con participación del PSE.


Esta vez, sin embargo, el mapa político vasco, como los del resto del Estado, se ha complicado aún más con la aparición -y el pronóstico de resultados bastante significativos-, del conglomerado en el entorno de Podemos, que ya fue el más votado en las generales del pasado junio.


La última de las encuestas conocidas prevé que el nuevo parlamento de Vitoria-Gasteiz haya repetición o mejora de la representación del PNV, entre los 27 actuales y los 29. Hilando delgado, los autores de los sondeos calculan que irá de un centenar de votos en Álava, donde el escaño el disputaría con el candidato de Ciudadanos que, en caso de éxito, sería el único de la formación, como en el cuatrienio anterior había uno de la UPyD de Rosa Díez, de donde procede su candidato actual, Nicolás de Miguel. El otro "colgaría" de unas 1.600 papeletas en Vizcaya, y el electo alternativo sería socialista en este caso.


La gran descenso se prevé general en el resto de los partidos "tradicionales", que dejarían un lugar relevante en Elkarrekin-Podemos (EP). Especialmente para el PSE, actualmente en el gobierno y con un cartel encabezado por la hasta ahora consejera de Interior, Idoia Mendia, que pasaría de 16 diputados a 8-9. Así, la fórmula bipartita bajo la presidencia de Urkullu, en lugar de 43 sobre 75 legisladores, y se quedaría en 36-37; uno, o dos, por debajo de la mayoría absoluta y la garantía de estabilidad.


Al PP se le atribuye una caída menor, pero significativa, de 10 a 6-7 escaños. El resultado más incierto es el de la lucha por encabezar la oposición o entrar en una nueva coalición, entre EH Bildu y la nueva izquierda autodeterminista, pero no independentista, de EP. El sondeo de la radio-televisión autonómica EITB les atribuye un empate a 15 escaños, mientras la que nos sirve como referencia mantiene una ventaja de los "abertzales" con 17 representantes, por entre 13 y 14 de los "podemitas".


Descartado definitivamente el líder áulico que es Arnaldo Otegi, porque el Constitucional apreció un problema de forma -no haber recorrido dentro de plazo contra la inhabilitación, quien sabe por un deseo de reto a las instituciones españolas- las cabezas de cartel son dos periodistas de larga trayectoria en ETB: por Guipúzcoa, Maddalen Iriarte, tras más de treinta años en la cadena; por Vizcaya, Jason Agirre.


La campaña, dominada como hemos dicho por unas propuestas del estilo del viejo "pájaro en mano" catalán, termina con una serie de peculiaridades personalizadas: De Miguel incluye en su programa la eliminación del Concierto económico, que defienden a capa y espada todos lo demás, con el PP entre la vanguardia. Sorprende que el no-candidato Otegi acapare la atención casi unánime de los medios de todos los colores, sin resistencia ni veto, que parecería coherente sobre todo en algunos. Y la cabeza de cartel de EP es una víctima, pero del "otro" terrorismo, aunque el ministro en funciones Alfonso Alonso no la reconoció como tal, en uno de las grandes resbalones electorales del año.


Hablamos de Pili Zabala, hermana de "Joxi", quien junto con José Antonio Lasa fue secuestrado en territorio francés, retenido, torturado, desaparecido durante años y finalmente enterrado con cal viva cerca de Alicante. Pili tuvo que dar explicaciones por el lujo de su vivienda en Zarautz, el origen declarado es la indemnización por un accidente de tráfico.


Este es el panorama pronosticado para el "nuevo" tiempo político vasco. Está claro que la coincidencia de las encuestas en nada asegura que acierten, como la práctica ha demostrado tantas veces.

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