El 80% de la gente considera "desconsiderado" el trato de Hacienda a los contribuyentes
Casi el 80% de los encuestados considera "desconsiderado, arrogante y exigente" el trato de Hacienda hacia el contribuyente.
Más de la mitad (53,9%) de los contribuyentes en España considera "grave" el perjuicio que los impuestos ocasionan a su economía personal o familiar, mientras que el 35,8% ve ese daño "moderado y asumible" y sólo el 10,3% no percibe sufrir perjuicio alguno.
Así se desprende de la primera edición del Barómetro de Percepción de la Fiscalidad elaborado por la Unión de Contribuyentes (UC), cuyo objetivo es conocer la opinión de los contribuyentes sobre el esfuerzo fiscal de los ciudadanos y de las empresas, su grado de satisfacción o insatisfacción con su propia carga tributaria, su visión general de los impuestos y de cada uno de ellos en particular, y su opinión sobre el trato recibido de la Hacienda pública.
El informe muestra que los contribuyentes son conscientes de que la carga tributaria española es "muy elevada", y el 81,5% percibe que los impuestos han ido aumentando a lo largo de los diez últimos años.
En concreto, el 79,2% de los contribuyentes opina que los impuestos que paga el ciudadano son "demasiado altos", el 17,1% los ve "correctos" y solo un 3,7% los considera "demasiado bajos".
En el primer caso, el porcentaje baja hasta los 75,9% entre los asalariados y emprendedores y al 62,7% entre los funcionarios y empleados públicos.
RECHAZO A LOS IMPUESTOS QUE GRAVAN EL TRABAJO
Los contribuyentes rechazan sobre todo los impuestos que gravan el trabajo, tanto asalariado como por cuenta ajena, seguidos por los impuestos indirectos, entre ellos especialmente los impuestos a la energía y los combustibles. Por el contrario, el impuesto que menor rechazo genera es el de Sociedades.
Respecto al IVA, es percibido como "excesivo" o "muy alto" por cerca del 90% de los contribuyentes, al tiempo que el IRPF es visto como "excesivo" por el 60,6%.
Asimismo, los contribuyentes prefieren unos impuestos bajos para favorecer la creación de riqueza y empleo, antes que unos impuestos altos para redistribuirla.
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