Dicen que cuando alguien tiene "cargo" y un buen sueldo nunca contradice a su jefe. Más bien al contrario, suele aplaudir sus decisiones por muy pésimas que éstas sean. Son los popularmente conocidos como palmeros, y de esos hay muchos. El otro día leía las declaraciones de varios gerentes de los grandes hospitales de Barcelona, quienes opinaban que la decisión del conseller Comín de desprivatizar la sanidad catalana era una idea brillante.
Estos gerentes que cobran buenos sueldos, solo tendrían que mirar las largas listas de espera que hay en sus hospitales, y no digamos los colapsos en las urgencias. En el Vall d’Hebron, desde el pasado jueves, las urgencias están totalmente colapsadas y la situación se está volviendo crónica, con pacientes que llevan esperando cuatro y cinco días para ser subidos a una habitación. En Bellvitge, según los propios trabajadores, las urgencias siguen en situación “crítica” y no dan más de sí, con los mismos días de espera -que Vall d’Hebron- para poder subir a los enfermos a planta.
No hablemos de las largas listas de espera para intervenciones quirúrgicas que se pasan por todos lados el tiempo de garantías establecidos por la propia consellería. Negar lo que es una realidad para tener contento al jefe, no es la mejor manera de que éstas situaciones se arreglen. Para desprivatizar la sanidad, cosa que nunca sucederá y todos estos gerentes lo saben, hace falta contar con más hospitales, CAPs y evidentemente personal. ¿De dónde se va a sacar el dinero? Seguro que ellos ni lo saben, ni les interesa. Por eso, cuando se toma una decisión de este calado antes hay que planificar, dialogar con el sector, consensuar y, finalmente, cuando se tiene todos los elementos, ejecutar, si eso es posible. Lo demás,es como tirar tiros al cielo.
Decía Comín, en una conferencia, que la sanidad catalana debe girar sobre tres ejes: la equidad, la calidad y la eficiencia. ¿Está seguro que con sus políticas se están cumpliendo sus premisas? Para que la respuesta sea afirmativa que estos gerentes y algunos más hagan declaraciones en los medios “amigos” que le reafirmen lo “brillante” que es la idea de desprivatiza la sanidad catalana, sin tener alternativa. Así estará contento y no le cogerá un ataque de ira, que según cuentan, le vienen dando muy seguido en los últimos tiempos.
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