LA COMISIÓN

"Si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona; si quieres que algo no se haga, encárgaselo a un comité", dijo Napoleón Bonaparte.

No es probable que el pequeño corso tuviera idea que el lío del PSC y el PSOE iba a acabar siendo dilucidado por una Comisión, en sus tiempos bien llamado Comité, pero la cita nos vale hoy a todos, para sacar una primera impresión de la reunión de Ferraz que sabemos que duró dos horas y que vino precedida de la andanada de Susana Díaz a los "hermanos catalanes" por "enterarse por la prensa" de lo que piensa el PSC sobre el derecho a decidir, que no comparten la mayoría de los dirigentes del PSOE.

Así las cosas, con la reunión, han acabado ganando tiempo ambos interlocutores, antes de entregar la "patata caliente" a un grupo reducido de sabios del propio partido para que definan qué han de hacer ambas partes para no tirarse los trastos a la cabeza en el futuro. Se trata de calmar el ímpetu de quienes quieren una Federación del PSOE en Catalunya, y sobre todo, que los afiliados del PSC no puedan elegir al secretario o secretaria general del PSOE, como los de este partido en toda España tampoco eligen al primer secretario del PSC. Eso, lógicamente, implica la expulsión, salida o como quiera llamarse, de dirigentes de la formación catalana de los órganos de dirección del PSOE. Un galimatías que pinta más a ruptura que a un acercamiento de posiciones.

Y por si este detalle no fuera suficiente, está lo del concepto de nación, único aspecto que dejó muy claro el presidente de la Gestora, el asturiano Javier Fernandez, en la rueda de prensa posterior a la reunión con Iceta, poniendo el acento ante los periodistas sobre el concepto jurídico-político de nación, que a entender de la Gestora tiene un único propietario: España. Y claro, como el reciente Congreso del PSC no parece coincidir con lo que los socialistas decidieron en Granada, eso es un problema irresoluble. Más claro, agua.