La región de Asia-Pacífico está perdiendo la batalla contra el hambre
La ONU alerta de que casi uno de cada tres niños de la zona sufre enfermedades y deficiencias relacionadas con la falta crónica de alimentos.
La región de Asia-Pacífico se está debilitando en sus esfuerzos para combatir la desnutrición, especialmente infantil, según un estudio de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas publicado este martes y que alerta sobre la situación que atraviesan casi 500 millones de personas sin comida.
A pesar de que el número de personas que padecen hambre en la región se ha reducido en la mitad en el periodo desde 1990 hasta 2015, la ONU detecta que el progreso se ha retardado los últimos cinco años y hay síntomas de "una recaída o incluso un retroceso que podría erosionar los buenos resultados conseguidos hasta ese momento".
El estudio destaca la situación en Afganistán o Bangladesh. En el país centroasiático el índice de hambrientos ha bajado un 8,7% entre 2003 y 2008. Aún así, desde el 2010 hasta 2015 el número ha subido un 1,5%. En Bangladesh el caso es también grave: del 2010 a 2015 la tasa de reducción es solo de un 1,5%, diez veces menos que en el periodo desde 1997 a 2002.
Parte de la culpa la tienen la subida de precios del arroz, el descenso de la productividad agrícola y el retardo del crecimiento económico, apunta el economista de la FAO David Dawe, uno de los autores del estudio, en declaraciones recogidas por Reuters.
En este sentido, el crecimiento económico en Asia se movió en torno a un porcentaje del 5,9, cuatro puntos decimales menos que en 2014. A menos dinero, menos comida.
490 MILLONES DE HAMBRIENTOS
Como resultado, un 12% de la población, unos 490 millones de personas, tiene síntomas de malnutrición y casi uno de cada tres niños sufre enfermedades y deficiencias relacionadas con la falta de alimentos, especialmente al sur de Asia.
En cifras globales, más de 800 millones de personas han sufrido hambre crónica entre 2012 y 2014 y 161 millones de niños menores de cinco años han sufrido síntomas relacionados con esta deficiencia, principal causa de muerte en estas edades.
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