Un terremoto de magnitud 6,7 sacude la frontera entre Guatemala y México
En México, no hubo informes inmediatos de daños
Un terremoto de magnitud 6,7 que ha tenido lugar en el océano Pacífico frente a las costas ubicadas en la frontera entre Guatemala y México ha provocado daños en infraestructuras de algunas localidades guatemaltecas, donde se han registrado derrumbes en carreteras o edificios, sin que haya habido víctimas por el momento.
El seísmo ha tenido lugar a unos 90 kilómetros de las costas de San Marcos, a 25 kilómetros de profundidad, sobre las 05.39 horas (hora local), después notificado un temblor más superficial, esta vez de magnitud 5,2, según ha indicado el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) de Guatemala.
El periódico guatemalteco 'República' ha informado de que tras el terremoto, que, entre otros, se ha sentido en Ciudad de Guatemala, se ha registrado un derrumbe en un camino, así como en viviendas y el Hospital Nacional de San Marcos.
"Guatemala emerge de cada adversidad con fuerza, unidad y esperanza. Juntos superaremos este reto. Al pueblo de Quetzaltenango y San Marcos les exhorto a mantener el espíritu alto y la solidaridad. ¡Saldremos adelante!", ha expresado la vicepresidenta, Karin Herrera, a través de su perfil en la red social X.
En México, no hubo informes inmediatos de daños, pero las zonas más montañosas y remotas de la frontera son propensas a deslizamientos de tierra.
Al otro lado de la frontera, la agencia nacional de prevención de desastres de Guatemala compartió fotografías de pequeños deslizamientos de tierra en carreteras en la región de Quetzaltenango y grandes grietas en las paredes de un hospital en San Marcos en sus cuentas de redes sociales, pero no hubo informes de muertes.
El terremoto de magnitud 6,7 cerca de la costa de Chiapas representa un evento significativo en la historia sísmica de México, que merece la atención tanto de las comunidades científicas como de respuesta a emergencias. La profundidad del terremoto, medida a 10 kilómetros bajo la superficie de la Tierra, añade complejidad a su posible impacto y subraya la necesidad de esfuerzos continuos de vigilancia y preparación en las regiones propensas a terremotos.
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