miércoles, 24 de abril de 2024 15:16
Opinión

Comienza Qatar 2022, el circo de los jeques y la FIFA

Carmen P. Flores
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Directora de Pressdigital

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Este domingo da comienzo Qatar 2022, o lo que es lo mismo, el Mundial de fútbol que tanto se espera y que muchos denuncian que se vaya a celebrar en un país donde los derechos humanos brillan por su ausencia  En el que las mujeres no gozan de libertad, lo mismo que los homosexuales, que deben esconderse para no ser castigados. En el cual, pese a ser un país en el que los petrodólares les salen hasta por las orejas a los que gobiernan, la explotación de los trabajadores extranjeros ha sido de escándalo, tras ser tratados como los esclavos del siglo XXI. Condiciones de trabajo con temperaturas de 50 grados y con una seguridad que ha dejado mucho que desear, como lo demuestran los más de 6.500 trabajadores muertos a lo largo de los años de trabajo que ha llevado la construcciones de los estadios y otras infraestructuras de este fascinante campeonato. Un país rico en dinero y pobre en valores y derechos, con unos jeques que han explotado a los más necesitados sin importarle nada en absoluto. 

 

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Imagen exterior del Estadio de Lusail en Catar, escenario de la final de la Copa del Mundo de 2022 @ep


Este Mundial pasará a la historia por ser en el que más se han vulnerado los derechos humanos, ante la complicidad de las instituciones futboleras, las selecciones y todo lo que rodea al gran negocio que es el fútbol. Todos han mirado para otro lado, como si de esta manera no hubiera sucedido nada.


Qatar 2022 cuenta con “peculiaridades” como que es la edición más cara hasta el momento, con una inversión de 220.000 millones de dólares, que se dice bien pronto. Que por primera vez se cambia la fecha debido a las altas temperaturas que adornan al país del petróleo y el gas, que compra todo lo que se le ponga a tiro con tal de salirse con la suya. Por si fuera poco, las limitaciones que han impuesto reflejan el autoritarismo del régimen de los jeques que la FIFA se ha tragado, no con patatas fritas, sino con petrodólares, que es más placentero . Es el Mundial de unos pocos - ¿O demasiados?- “egipcios” y de muchos mudos y sordos. 


Como el dinero puede casi el 99% las cosas y  las voluntades, hay que señalar que este país no es más grande que Murcia, que no hace tanto tiempo - hasta que descubrieron el gas y el petróleo- estaba habitado por piratas y pescadores de perlas, se ha transformado en pocos años en un “reino” moderno de lujo que pretender ser el modelo ambicionado por países vecinos. Es una manera de limpiar lo que hay detrás del glamour que dicen tener, todo lo que rodea a su inventor el jeque tamil bin Hamad Al que espera limpiar su imagen y ofrecer al mundo la cara más bella y amable de su país. Para conseguirlo no escatima en dinero, le sobra y espera que el Mundial sirva de escaparate para atraer al turismo pudiente.


Todo es grande en Qatar2022, pero las prohibiciones también lo son. Hasta a los periodistas que van a cubrir el mayor acontecimiento de este 2022 les han leído la cartilla acotando su movilidad, y con una serie de limitaciones al trabajo que nunca hasta ahora se habían producido.


Ya lo decía el poeta romano Juvenal allá por finales del siglo I que “al pueblo pan y circo”, que era la estrategia aplicada por los gobernantes de la época para tenerlos entretenidos y contentos. Los siglos han pasado pero el ser humano continúa con los mismos “defectos”.  Dicen que el presidente Sánchez está tomando una serie de decisiones polémicas aprovechando el Mundial de fútbol en el que la gente estará entretenida. No se equivoca, según los últimos datos, las ventas de televisores para ver el Mundial se han disparado más de un 46%. Las cifras también lo dicen todo.


El Mundial de Qatar será el punto de inflexión de millones de aficionados que estarán pegados a la pantalla para ver los partidos de sus selecciones esperando que los ganen o que al menos queden en un buen lugar. Lo demás todo es secundario calculando que una vez termine la competición mundial, las navidades están a la vuelta de la esquina y se llenarán las calles de luces de colores y para los que puedan permitírselo. Serán días de comilonas y reencuentro con los familiares.
 

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