Un libro analiza la propaganda abertzale y la "interrelación" entre terrorismo y las últimas ejecuciones de Franco
"La ETA de 'Txiki' y Otaegi tenía un proyecto tan antidemocrático como la dictadura", advierten 50 años después de sus muertes
El libro 'Terrorismo y represión' (editorial Tecnos) analiza la "interrelación" entre la represión de la dictadura franquista y el terrorismo cuando se cumplen 50 años de las últimas ejecuciones de la dictadura franquista, "y de hecho las últimas de la historia de España", cuando el 27 de septiembre de 1975 fueron fusilados dos miembros de ETA político-militar y tres del FRAP.
La obra, coordinada por Gaizka Fernández Soldevilla, María Jiménez Ramos y Josefina Martínez Álvarez, analiza con fuentes inéditas esta "interrelación entre las dos formas de violencia política que marcaron a fuego el convulso ocaso del régimen", centrándose también en el papel que ha jugado históricamente la izquierda abertzale para presentar a dos de los fusilados, los integrantes de ETA político-militar Ángel Otaegi Etxeberria y Juan Paredes Manotas 'Txiki', como luchadores por la democracia.
De esta forma, repasa el terror causado por ETA, el FRAP, los GRAPO y otras siglas, que causaron 68 víctimas mortales y centenares de heridos entre 1968 y 1975; y por otra parte, la represión franquista, "cuyo punto culminante se alcanzó con las ejecuciones de 1975", antes de la muerte de Francisco Franco y el inicio de la Transición a la democracia.
Fue la mañana del 27 de septiembre de 1975 cuando el Gobierno del presidente Carlos Arias Navarro confirmó las condenas a muerte en Burgos y Barcelona de dos integrantes de ETA político-militar, Otaegi y 'Txiki', y en Madrid de otros tres miembros del FRAP: José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz.
FALSOS LUCHADORES DE LA DEMOCRACIA
Gaizka Fernández Soldevilla, historiador del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, se centra en el caso de 'Txiki' y Otaegi para cuestionar que se presenten como mártires y "luchadores de la democracia" por parte de la "maquinaria propagandística de la izquierda abertzale", citando el papel de Mertxe Aizpurua primero como periodista en los años 80 y también ahora como portavoz de EH Bildu en el Congreso.
"La ETA en la que militaron 'Txiki' y Otaegi no tenía como objetivo luchar por la democracia, sino por un proyecto político tan antidemocrático como el de la dictadura franquista", sostiene, reconociendo a continuación que estos dos integrantes de ETA no tuvieron un juicio justo.
"La pena de muerte --señala-- era y es ilegítima y, por tanto, ni 'Txiki' ni Otaegi ni ninguna otra persona debió ser ejecutada; ahora bien, eso no significa que fueran inocentes (...) Hay pruebas sólidas de la participación en los asesinatos de los guardias civiles Gregorio Posada Zurrón y Antonio Pose Rodríguez".
El historiador plantea "evitar los monumentos conmemorativos" y homenajes de quienes califica como "victimarios-víctimas", incluyendo en esta "controvertida" categoría a 'Txiki' y Otaegi porque fueron a vez terroristas y víctimas del terrorismo, al igual que el policía Melitón Manzanas, el expresidente Luis Carrero Blanco o el dirigente de ETA-m José Miguel Beñarán 'Argala'.
DEMOCRACIA A PESAR DEL TERRORISMO
La abogada Carmen Ladrón de Guevara analiza en otro capítulo centrado en la actividad terrorista del FRAP --escisión del PCE de Santiago Carrillo-- las "numerosas violaciones" de los consejos de guerra en el ocaso del franquismo.
"El proceso de transición a la democracia culminó y se hizo no gracias a la trayectoria criminal y sangrienta de grupos como el FRAP, sino que se consiguió a pesar de la actuación terrorista de estos", advierte.
El libro 'Terrorismo y represión' repasa este contexto de violencia cruzada 50 años después y lo hace poniendo el foco en cuestiones como el papel de Francia como "santuario" de ETA, la "estrategia de acción-reacción-acción", el Estado de excepción o el desamparo de las víctimas del terrorismo, así como el reflejo recreado en el cine.
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