La directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, ha señalado que la destrucción que desde hace años se lleva produciendo el medio ambiente, el comercio de animales salvajes y la globalización han sido el "cóctel perfecto" para que el nuevo coronavirus se propague a todo el mundo.Durante su intervención en el desayuno informativo telemático de Nueva Economía Fórum, Neira ha recordado que la salud humana, animal y ambiental forman un triángulo en el que todas dependen de todas, motivo por el cual han aparecido enfermedades, como el Covid-19, que afectan a las personas y que han saltado de los animales (más del 60% de las enfermedades infecciosas tienen este origen), habiendo detrás de esto un "factor de estrés ambiental"."En los últimos años hemos sometido al medio ambiente a una destrucción total.
Es hora de salir a la calle, sí, pero no solo a manifestarse: el conocimiento, las instituciones y el otro esperan como nunca antes en cada rincón real y virtual para renovar concienzudamente lo medios y los fines.
En este año se ha celebrado el Mundial de Fútbol y ha dejado una tentadora reflexión.
Amin fue uno de los más reconocidos intelectuales del movimiento contra la globalización.
El mercado de productos falsos supuso el 2,5% del mundial, hasta alcanzar los 308.000 millones de euros, mientras que en la UE estos productos representaron hasta el 5% de las importaciones totales, por valor de hasta 76.000 millones de euros.
El Ejecutivo comunitario recalca que "la solución no está ni en el proteccionismo ni en las políticas 'laissez-faire'".
Los salarios actuales se encuentran al menos cuatro puntos porcentuales por debajo del nivel alcanzado en 1970.
Un estudio arqueológico en las ruinas de San Salvador de Isla Hermosa, Taiwán, acredita que esta colonia fundada por los españoles en 1626 fue un primer núcleo de globalización en la historia.
Si la UE no nos protege de los terribles vientos de la globalización, incrementan la desigualdad y concentran la riqueza aun más, incumplirá un deber de toda “polis” o “civitas”: la protección de su población; “salus populi, suprema lex”.