Seguimos sin gobierno y buscando los partidos la manera de engañar a sus electores con renovaciones inexistentes. Y en esa tormenta de falta de ideas aparecen las elecciones gallegas en las que los populares apuestan por Feijóo para salvarse del diluvio universal sacrificándolo a quedarse para vestir santos, porque si las mareas aciertan en su pacto con los socialistas que, de momento, deshojan la margarita Caamaño-Pepiño, gobernarán en el lugar en el que sí saben cómo manejar sus ideas rupturistas y anti-sistema.