La escritora no desvela si alguna será una entrega de Harry Potter, sólo que una irá firmada y otra con pseudónimo.
Los besos apasionados inmortalizados en películas, canciones o novelas como un termómetro del afecto romántico no son concebidos de igual modo en la mayoría de las culturas sino que en algunas resulta una demostración incómoda o, incluso, repulsiva.