Primo Levi dejó de ejercer como químico en 1975. Decía que al escribir había dejado de desempeñar el papel de superviviente, "pero lo sigo siendo". Si decía que le complacía mucho que sus libros ayudasen a alguien, también afirmaba que le gustaría que le ayudasen a él. Su manera de hacer vacaciones, declaró, era escribir.