Han mostrado su oposición a que se haya levantado esta medida en la Comunitat Valenciana, la única autonomía en la que aún estaba prohibido como consecuencia de la pandemia COVID-19.
Con las persianas levantadas, las puertas abiertas, las mesas de bares y restaurantes dispuestas para ser ocupadas, las terrazas con gente, la sonrisa de los que están al frente de los negocios, pasear ahora por la ciudad es otra cosa después de tantos días de tristeza, desasosiego y hasta miedo.
De esta forma, ha constatado que las sanciones más habituales, propiamente administrativas, desde el comienzo de la desescalada, "han sido por el incumplimiento de los aforos, además de por infringir la distancia de seguridad entre personas o grupos de mesas".