Las horas más oscuras de Theresa May

Calma tensa en Downing Street. La primer ministro, Theresa May, ha comparecido este lunes  ante los medios de comunicación para lanzar un mensaje a pocas horas de la votación sobre el Brexit en el Parlamento británico.

La 'premier' ha alertado a los parlamentarios de que no traicionen el sentido del referéndum de 2016. "Pido a los diputados que consideren las consecuencias de sus acciones sobre la fe de los británicos en nuestra democracia", ha dicho May.

Estas palabras llegan en el preciso momento en que se ha producido un cruce de misivas entre las autoridades comunitarias y las británicas. La Unión Europea ha mandado una carta al Reino Unido en que plasma una serie de garantías sobre el llamado 'backstop', el plan de salvaguardia previsto para la frontera entre la provincia de Irlanda del Norte y la vecina República de Irlanda.

En el documento, la UE subraya que este plan de contingencia no es la medida óptima y que no desea, en ningún caso, adueñarse de la región británica situada en la isla de Irlanda.

May intenta así obtener más garantías sobre el plan de salvaguardia en un intento por convencer los parlamentarios de su partido y a los del DUP (Partido Unionista Democrático), su socio de gobierno, para que apoyen la votación del acuerdo del Brexit.

También ha afirmado que podría llegar a conseguir cuatro meses adicionales hasta la entrada en vigor del Brexit. Aunque la 'premier' pretende zanjar cuanto antes la cuestión, pues considera que el acuerdo alcanzado es el mejor que puede darse entre ambas partes, no ha descartado que pueda alargarse aún más la salida acordada a la vista del enconamiento que este debate suscita en el Reino Unido.

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Este martes 15 de enero se votará en Westminster el pacto UE-Reino Unido, con las posiciones divididas en el seno tanto del Partido Conservador como del Laborista. El pasado 12 de diciembre, el grupo de 'brexiteros' más duros de los 'tories' ya intentaron desahuciar sin éxito a May del poder. 

Mientras tanto, los laboristas se desangran entre unas bases que apoyarían un segundo referéndum y una dirección más dura diregida por Jeremy Corbyn, cuyas posturas sobre la salida de la Unión Europa jamás han estado claras.