martes, 19 de marzo de 2024 11:13
Internacional

​Indígenas piden la renuncia de la presidenta interina de Bolivia

La presidenta interina Jeanine Áñez ha cancelado un viaje debido a amenazas de muerte, dijo el gobierno boliviano.

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Enfrentamientos entre indu00edgenas y Eju00e9rcito en Bolivia


Miles de indígenas iniciaron con marchas y vigilias nocturnas una estrategia de presión para forzar la renuncia de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, quien a su vez denunció un plan para asesinarla.


El gobierno boliviano anunció el lunes que Jeanine Áñez había cancelado un viaje a un acto en su departamento natal del Beni, 600 kilómetros al noreste de La Paz, debido a amenazas de muerte.


"Identificamos un grupo criminal que quería atacar al presidente. Era difícil convencerla de que corría el riesgo de ser asesinada. Quieren interrumpir este proceso de recuperación de la democracia", dijo el ministro de gobierno Arturo Murillo.


Mientras tanto, en La Paz, miles de personas participaban en marchas masivas con una vigilia nocturna en las inmediaciones del Palacio Presidencial.



"ÁÑEZ, ASESINA, QUEREMOS TU RENUNCIA"


Las protestas movilizan ahora a más indígenas de diferentes provincias y centran el lema de la protesta en la renuncia de la presidenta Jeanine Áñez, acusada de dar luz verde a la represión policial violenta.


A medida que la marcha descendía por la ladera de la sede del Gobierno, el coro fue creciendo: "Áñez, asesina, queremos tu dimisión".


"Dijeron que Evo Morales era un dictador, pero ahora estamos viviendo la verdadera dictadura. La actual presidenta ha emitido un decreto supremo mediante el cual autoriza al ejército y a la política a matar a mis hermanos", dijo Luz Vega, una vendedora informal de 57 años.


Durante el fin de semana, se informó extraoficialmente de un decreto que culpa a las fuerzas de seguridad, autorizando a los militares a controlar el orden público, eximiéndolos de responsabilidad penal.


La prensa boliviana es otro de los blancos de los manifestantes, que la acusan de apoyar al nuevo gobierno y ocultar la represión policial.



NUEVE COCALEROS MUERTOS Y 169 HERIDOS


"La prensa vendió", le gritaron a la protesta. "La prensa boliviana no dice la verdad sobre el número de muertes y las circunstancias de estas muertes", dijo Luz Vega. "Por favor, explícale la verdad al mundo.


En los últimos días ha habido un aumento en el número de muertes como resultado de los violentos enfrentamientos entre los manifestantes pro-Evo Morales y los agentes de seguridad del ejército y la policía.


En el peor episodio de violencia, nueve cocaleros murieron y 169 resultaron heridos cuando trataban de entrar a Cochabamba, 400 kilómetros al sudeste de La Paz, el viernes pasado.


Luz Vega sólo accedió a hablar con Lusa cuando se enteró de que se trataba de una prensa extranjera.


Desde entonces, ha evitado los intentos de ataques físicos por parte de los indígenas. Los manifestantes vinieron a atacar, pero cuando escucharon la advertencia sobre la prensa extranjera, se detuvieron y comenzaron a hablar.


BOLIVIA DIVIDIDA


"Queremos la dimisión de este autoproclamado presidente.... Hay muchos muertos, tanto en Cochabamba como en La Paz. Queremos denunciar al mundo entero lo que la prensa boliviana esconde. Vamos a seguir con esta estrategia de presión hasta el final", advirtió Itamay Uruche, un típico "poncho rojo" de 57 años en la provincia de Los Andes, a 50 kilómetros de La Paz.


Los campesinos indígenas que protestan contra el actual gobierno de Jeanine Áñez y a favor del anterior gobierno de Evo Morales son conocidos como "ponchos rojos" en el caso de los hombres y como "cholas" en el caso de las mujeres, con las típicas faldas.


"Tengo una falda, señor. Defiendo mi raza. Este presidente nos está matando. Con nuestro ex presidente, estas cosas no sucedieron", compara, entre lágrimas, la "chola" Virginia Choque, de 58 años.


La abogada constitucionalista Ana Cisneros, de 41 años, se acercó a la marcha con cuidado. Ana es lo contrario de una "chola"; es una "choca", es decir, una mujer blanca. En esta Bolivia dividida en clases, razas y geografía, no pasa mucho tiempo antes de que Ana reciba su primera advertencia.


"No queremos 'choques' en esta marcha", gritó un manifestante.


"Creo que aquí hubo un golpe de estado porque la policía se amotinó y porque el Ejército pidió la renuncia de Evo Morales. Veo que la derecha está tratando de regresar y tengo miedo porque no les importa la gente. En el campo, están matando a mis hermanos con balas de verdad", advirtió Ana.


"Gracias por unirse al pueblo, doctor", dijo otro manifestante.



SIN ALIMENTOS NI COMBUSTIBLE


Sin embargo, el abogado de 30 años, Adrián Valencia, también interrumpe el énfasis de las declaraciones y pide que se cuente la otra cara de la moneda.


"He oído todo lo que han dicho, pero ahora voy a decir la verdad: no ha habido ningún golpe de estado. Ha habido una dimisión por las manifestaciones contra el evidente fraude de Evo Morales. Todo el mundo aquí sabe del fraude, pero no lo mencionan", dice Adrián.


Al día siguiente de las elecciones del 20 de octubre, las protestas eran contra el fraude y a favor de nuevas elecciones. Ante la negativa de Morales a presentarse a la reelección, las protestas comenzaron a reclamar su renuncia.


"Básicamente, hay tensión entre la ciudad y el campo. Antes de partir hacia México, Evo Morales rodeó las ciudades. Por eso estamos sin alimentos y sin combustible", dijo Adrián.


El silencio de quienes lo escuchan termina cuando Adrián dice lo que todos piensan en las ciudades: las protestas son financiadas por el partido de Evo Morales, el Movimiento por el Socialismo (MAS).


Hay un racismo contra los movimientos sociales, es cierto. Pero la mayoría de estas manifestaciones están pagadas", denuncia, provocando la explosión de la ira de los manifestantes.


"Nadie nos paga. Somos las personas que luchamos contra esta dictadura. No somos'masistas' (en referencia al MAS). Nosotros somos el pueblo", exclama Rubén Quisbet Chipana, de 28 años, agricultor de El Alto.


"Llamamos a la prensa internacional porque la prensa boliviana nos ha dado la espalda. No más gas lacrimógeno y balas. Queremos que el presidente renuncie y que haya nuevas elecciones", anuncia Rubén, justo cuando se lanzó la primera bomba de gas.

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