martes, 7 de mayo de 2024 03:37
Sociedad

El párroco de Miguel Ángel Blanco: " Las nuevas generaciones a veces vanalizan todo lo que supuso ETA"

Los integrantes de ETA cumplieron la amenaza después de que el Gobierno de José María Aznar no cediera al chantaje de los terroristas

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Este viernes 10 de julio, se cumplen 23 años desde el secuestro del concejal del PP de la localidad de Ermua (Vizcaya), Miguel Ángel Blanco, que sería asesinado tres días después por parte de la banda terrorista ETA.


Miguel Angel Blanco




Los integrantes de la banda cumplieron la amenaza después de que el Gobierno de José María Aznar no cediera al chantaje-ultimátum de los terroristas por el cual, si el Ejecutivo no permitía el traslado de los presos vascos a Euskadi antes de las cuatro de la tarde del 12 de julio, le asesinarían. Y así fue. Murió a las cinco de la mañana en el Hospital Nuestra Señora de Aránzazu de aquel 13 de julio de 1997 tras tratar de reanimarle. Solo tenía 29 años.


Miguel Ángel Blanco era economista, concejal en su municipio y un hombre religioso. Su parroquia era el Santo Apóstol de Ermua cuyo párroco era el Padre José María Larruskain, ya jubilado afirma todavía: “Lo tengo muy grabado. Yo aún era un chaval. Veo que esto ahora se olvida y que las nuevas generaciones que no lo han vivido, a veces banalizan con todo lo que supuso ETA. Ponerse en la piel de esa familia que de repente le dicen que uno de sus miembros es secuestrado, sin saber si está vivo o no. Es una miseria moral enorme”, reflexiona el sacerdote.



ASÍ A MIGUEL ÁNGEL BLANCO LA FUNDACIÓN QUE LLEVA SU NOMBRE



amanece tan pronto
y yo estoy tan solo
y no me arrepiento de lo de ayer.
Sí, las estrellas te iluminan
Y te sirven de guía
Te sientes tan fuerte
Que piensas que nadie te puede tocar
(….)

Estrofa de la canción “Maldito duende”, Héroes del silencio


Es muy posible que Miguel Ángel Blanco cantara en alguna ocasión esta canción de su grupo favorito, Héroes del silencio, una letra que como una premonición anunciaba la soledad de sus últimas horas. Estas palabras evocan la forma en que Miguel Ángel Blanco quiso vivir y la manera en que ETA decidió asesinarle. 



Miguel Ángel fue un chico de veintinueve años con un presente lleno de actividad, de motivación, de sueños y proyectos y con las aficiones normales de un chico de su edad.  La suya remarcan fue "una vida rota por la barbarie del terrorismo que ha dejado un vació entre sus familiares y amigos imposible de llenar". 


Su vida fue breve pero intensa. Miguel Ángel no imaginó que trabajar por sus conciudadanos en el Ayuntamiento de Ermua como concejal del Partido Popular le convertiría en un héroe de la democracia, del Estado de derecho y del pluralismo político. Entregó su vida por la Libertad sin que hubiera temido perderla y se convirtió en un referente de la concienciación y movilización ciudadanas contra el terrorismo, contra ETA. 







Hubo muchas víctimas antes de Miguel Ángel Blanco, en muchos casos anónimas, muchas después; a todas, sin distinciones rendimos homenaje y memoria. Recordar a Miguel Ángel Blanco es recordar todas las consecuencias de la barbarie terrorista, a todas las miles de familias afectadas por el totalitarismo etarra. Miguel Ángel Blanco no pudo escuchar la voz de toda una sociedad en pie de Libertad contra el fanatismo y la dictadura del terror. Es una obligación moral y una luz de esperanza recordarle y mantener su estela de compromiso y humanidad.


Miguel Ángel Blanco tenía veintinueve años cuando ETA lo secuestró el 10 de Julio de 1997, cuarenta y ocho horas después apareció herido de muerte con dos tiros en la cabeza en la localidad guipuzcoana de Lasarte. Era el secuestro número 78 de la banda terrorista ETA desde 1970, el número 10 de los secuestrados asesinados. El número 778 en la macabra nómina de muertos de la terrorífica organización.



Miguel Ángel Blanco era una persona tan rigurosa con la puntualidad que sus compañeros de la asesoría donde trabajaba comenzaron a preocuparse por él al comprobar que se había retrasado media hora en la cita que tenia con un cliente a las 15.30 de aquel fatídico 10 de julio de 1997, nueve días después de la liberación de José Antonio Ortega Lara por la Guardia Civil. 


Llevaba tan solo unos meses trabajando en esta empresa radicada en Eibar donde acababa de comenzar su carrera profesional como economista. Un comunicado anónimo a Egin sobre las 17.30 informó que se había secuestrado a un concejal del Partido Popular en Ermua y que el coste de su libertad era la vuelta de todos los presos de ETA al País Vasco antes de las 16 horas del sábado 12 de julio. 


A partir de ese momento el pueblo de Ermua, con su alcalde Carlos Totorica a la cabeza empezó a salir a la calle exigiendo la libertad de Miguel Ángel, acompañando a la familia en aquellas angustiosas horas, ejemplo de solidaridad y de concienciación que fue seguido por centenares de miles de ciudadanos españoles. Ermua se convirtió en un referente social en la lucha contra la barbarie y por la Libertad acosada por el terror de ETA.


Todas las personas que le conocieron le definían como una persona normal, afable y extrovertida, sencillo y alegre. Era el hijo mayor de un matrimonio de trabajadores: Consuelo Garrido y Miguel Blanco, tenia una única hermana, Mari Mar. Sus padres inmigraron hacía treinta años desde Galicia buscando trabajo, se conocieron y se casaron en Ermua. Miguel Ángel tuvo una infancia sin apuros económicos pero sin lujos. 


Su padre era albañil y durante un tiempo Miguel Ángel también lo fue hasta que encontró otro trabajo más acorde con los estudios que había realizado de económicas en Sarriko. A los 7 meses de licenciarse logró su sueño, trabajar en una empresa, “Eman Consulting” que le permitiera desarrollar su preparación cerca de su querido pueblo, Ermua. 


Pasaba sus días a caballo entre Eibar y Ermua, localidades en la que se ubican las sedes de la empresa para la que trabajaba, montado en el tranvía que une ambas poblaciones. Aún le quedaba tiempo para tocar la batería con su grupo “Poker” y servir a su comunidad desde su puesto de concejal. Un joven normal que no había renunciado a divertirse, que pese a sus responsabilidades políticas y laborales salía los fines de semana con su cuadrilla y su novia a tomar vinos y disfrutar de sus amigos. 


Miguel Ángel Blanco alternaba su trabajo con la política desde 1995, año en el que se afilió a Nuevas Generaciones del Partido Popular, dirigidas en aquella fecha por su amigo de universidad y Presidente de Nuevas Generaciones, Iñaki Ortega. Éste le convenció y logró que se integrara en el Comité Ejecutivo de la provincia de Vizcaya. Cuando tuvo edad suficiente abandonó Nuevas Generaciones y se comprometió con la política local. Fue número tres en las listas del Partido Popular por Ermua en las elecciones municipales de mayo de 1995, en las que el PP cuadriplicó sus anteriores resultados en el pueblo y en las que Miguel Ángel logró su acta de edil.


Miguel Ángel tenia gran pasión por la música, le gustaba Héroes del Silencio. Desde niño le encantaba tocar la batería, sus padres no tuvieron más remedio que comprarle una, tenían pocas opciones, o eso o acabaría con las cazuelas y ollas de la cocina que golpeaba con unos palos. La afición fue tan lejos que en sus ratos libres, sobretodo en primavera y verano, se dedicaba a tocar con su grupo Poker, antes llamado Cañaveral y Adiskideak (Compañeros).


El 9 de marzo de 1997, la hermana de Miguel Ángel, Mari Mar, había emprendido un viaje hacia Escocia para ampliar sus estudios de Turismo. Antes de abandonar su hogar despertó muy temprano a Miguel Ángel y se despidió de él en voz baja. Miguel Ángel le comentó que si podía ese verano haría una escapada para ir a verla. Fue la última vez que le vio con vida. Cuatro meses después Mari Mar regresaba junto a sus padres para afrontar el secuestro y el asesinato de su hermano.



¿QÚE HA PASADO CON LOS ASESINOS DE MIGUEL ÁNGEL BLANCO?


Este pasado 13 de julio se cumplieron 22 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco por parte de los miembros de ETA pertenecientes al 'Comando Donostia'.  Desde que Blanco fue secuestrado, camino de su trabajo en Ermua, pasaron 48 horas agónicas que mantuvieron en vilo a un país que desde entonces y hasta ahora lleva las manos pintadas de blanco.



Etarras




Miguel Ángel Blanco fue asesinado el 13 de julio de 1997 y recibió dos disparos en la nuca. Javier García Gaztelu, ‘Txapote’, apretó el gatillo. Irantzu Gallastegi Sodupe, ‘Amaia’, su pareja, le interceptó. José Luis Geresta, 'Oker', le sujetaba mientras 'Txapote' disparaba. Y por último, Ibon Muñoa, que trabajaba con Miguel Ángel, fue el encargado de recopilar la información necesaria para realizar el secuestro.


 José Luis Geresta se suicidó apenas dos años después de la muerte de Miguel Ángel. Se dice que sufría un trastorno paranoico y que ya no distinguía entre ficción y realidad. Su cadáver apareció en Rentería junto a una pistola. Por aquel entonces, su muerte fue fuente de conflicto y líderes de la izquierda 'abertzale' como Joseba Permach o Arnaldo Otegi (entonces perteneciente a la hoy ilegalizada Herri Batasuna), consideraron que no se trataba de un suicidio y, en palabras del propio Otegi, “lo han asesinado los aparatos del Estado español”.


Ibon Muñoa fue el 'chivato'. Miguel Ángel trabajaba en la asesoría que llevaba la contabilidad de su taller. Les prestó su casa al resto de etarras y fabricaba matrículas de forma habitual que eran utilizadas en coches bomba. Actualmente cumple una condena de 33 años de prisión por su participación en el secuestro y asesinato de Blanco


'Txapote' llegó a ser el líder de la banda tras el arresto de José Javier Arizkuren Ruiz, 'Kantauri'. Es considerado uno de los terroristas más sanguinarios y su condena asciende hasta los 300 años de cárcel, habiendo participado en los asesinatos de Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica, José Luis Caso o Manuel Zamarreño.


'Amaia' fue detenida en 1999 en un hotel de París, mientras trataba de cerrar una compra de armas en el mercado negro europeo . 'Txapote', por contra, fue detenido el 22 de febrero de 2001 en el 'Havana Café' de Anglet, Francia, mientras estaba tomando un aperitivo en un bar de la playa.


Actualmente tienen dos hijos (concebidos en distintos vis a vis), niño y niña, nacidos en madrid. Ambos están internos en la misma prisión de Huelva, en el módulo de hombres él y en el de mujeres ella y esperan hasta cumplir una condena de 50 años cada uno.


Ninguno de los participantes en el asesinato de Blanco ha mostrado signos de arrepentimiento. 



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