sábado, 20 de abril de 2024 14:32
Economía

El reloj del Banco de España se paró por primera vez en 130 años el fin de semana por el temporal 'Filomena'

El reloj de la sede del edificio del Banco de España en Madrid se paró el pasado fin de semana a causa del temporal de nieve 'Filomena', paralizándose por primera vez en sus casi 130 años de existencia por momtivos distintos a su mantenimiento, según han indicado desde el organismo supervisor.
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Reloj del Banco de España

El reloj de la sede del edificio del Banco de España en Madrid se paró el pasado fin de semana a causa del temporal de nieve 'Filomena', paralizándose por primera vez en sus casi 130 años de existencia por momtivos distintos a su mantenimiento, según han indicado desde el organismo supervisor.

Desde el Banco de ESpaña explican que la nevada y la bajada drástica de temperaturas de los pasados días produjeron una congelación focalizada en los engranajes de las agujas, lo cual provocó que estas dejasen de moverse.

El relojero no pudo acceder hasta el Banco hasta ayer, martes, a media mañana, debido a los problemas de movilidad por la nevada, si bien ha sido relativamente sencillo solucionar el problema. De hecho, no ha sido preciso realizar una "reparación" propiamente dicha, ya que al deshacerse el hielo el mecanismo se ha liberado de forma natural.

Sin embargo, ha sido preciso realizar una limpieza y engrasado del mecanismo para minimizar los efectos de las próximas heladas y será necesaria una exhaustiva supervisión del funcionamiento en los próximos días.

En los últimos años hubo dos paradas técnicas para solventar incidencias puntuales de la maquinaria, sin embargo, no consta ninguna referencia a otro tipo de paradas que no fueran relacionadas con el mantenimiento del reloj.

El 17 de agosto de 1889 la Comisión de Obras del Banco acordó colocar un gran reloj sobre el chaflán del nuevo edificio que se estaba construyendo en Cibeles, una pieza que debería tener "cuerda para ocho días, con rodaje de bronce montado sobre ejes de acero, con péndulo de hierro y madera".

Creado por la casa Glasgow, el relojero Garín lo puso en funcionamiento el 1 de marzo de 1891, tras entregar un manual de cuatro páginas -que aún se conserva- explicando cómo debía realizarse su conservación, de la que se hizo cargo a razón de 2,50 pesetas diarias.

Desde entonces, ha funcionado sin descanso, marcando las horas en periodos de paz, de guerra y de crisis, hasta este pasado fin de semana que se paró como consecuencia del temporal Filomena.

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