sábado, 20 de abril de 2024 09:22
Editorial

¿Por qué crucificáis a Rosa Díez?

Manuel Fernando González Iglesias
Manuel Fernando González Iglesias

A Coruña, 1952

Los colegas madrileños están que no duermen mientras crucifican a Rosa Díez por haber fracasado su partido en las elecciones andaluzas. Se ve que más de un medio de comunicación estaba interesado en que cuajara la alianza UPD ?Ciutadanos y que, al no haber sido posible, pasan ahora factura a la política vasca por la debacle andaluza. Curiosa, esta manera de medir unos resultados electorales.

Los colegas madrileños están que no duermen mientras crucifican a Rosa Díez por haber fracasado su partido en las elecciones andaluzas. Se ve que más de un medio de comunicación estaba interesado en que cuajara la alianza UPD ?Ciutadanos y que, al no haber sido posible, pasan ahora factura a la política vasca por la debacle andaluza. Curiosa, esta manera de medir unos resultados electorales, ya que si hablamos de hundimiento, primero tendríamos que situar a los populares que se han caído con todo lo puesto en compañía de su líder Mariano Rajoy, al que los suyos buscan por las esquinas, esperando asesinarlo políticamente como a Julio César, para nombrar a continuación emperador de Génova a un nuevo Augusto de apellido Feijóo.

Rosa Díez no lo ha hecho peor que Mariano Rajoy, ni tampoco diferente que Cayo Lara y, sin embargo, nos la quieren "colocar" como la gran perdedora de estos comicios autonómicos. Por lo que parece, "alguien" oculto detrás de un despacho económico ha decidido que UPyD ha de inmolarse en favor de Ciudadanos y la reconocida testarudez de la vasca le ha enfurecido y por ello ha lanzado a sus amigos periodistas y hasta alguna de las medianías que encumbró esta mujer, tipo Toni Cantó, al que esta mujer ha aguantado y tapado hasta límites insoportables, para que la acusen públicamente de lo que no ha hecho e incluso de la muerte del torero Paquirri.

Como ella, además de indomable, tiene un carácter de armas tomar, se espera que la pelea sea especialmente dura y con disidentes dispuestos a cambiar de bando antes de las municipales, tras las cuales, Rosa Díez continuará con su partido y los que se vayan, con la promesa de Albert Rivera de que en su nueva casa vivirán mejor. Lo hemos visto varias veces, y en Catalunya, en los últimos años muchas más, especialmente con la disidencia socialista tan proclive a buscarse el sustento tras haber perdido el cargo que han ostentado durante varias legislaturas. En este país en pleno viaje a Ítaca, a los políticos que hacen esas cosas no se les penaliza e incluso como a Ernest Maragall, por poner algún ejemplo práctico, se les regala un escaño en Bruselas, que es el retiro dorado que ambicionan los que ya han ocupado todos los "chollos", perdón, cargos, del escalafón político, circunstancia que "por lo bajini" critican abiertamente incluso los promotores, sin que a ninguna de las partes se les caiga la cara de vergüenza por semejante "apaño constitucional".

Ya ven, de esas cosas, escribimos poco los periodistas, solo lo hacen aquellos que por "inspiración patriótica" consideran que eso es bueno para la llamada "construcción nacional", prioritaria en estos momentos para los que defienden la independencia de Catalunya, los mismos que, oh casualidad, consideran a Rosa Díez una fanática españolista a la que hay que borrar del mapa político. Por lo que parece, aunque no sean los mismos, ambos detractores, los de Madrid y los de Catalunya, por una vez, están sospechosamente de acuerdo. Por eso yo les pregunto, ¿por qué crucificáis a Rosa Díez?

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