El rechazo a la abolición del Senado, compuesto por 60 miembros, se ha impuesto forma más clara en las 12 circunscripciones de Dublín, mientras que en el resto del país, que cuenta con un electorado de poco más de tres millones de personas, el resultado fue más ajustado.
La derrota supone un duro golpe para el Gobierno de coalición entre conservadores y laboristas, que durante la campaña había hecho referencia al alto coste del Senado, unos 20 millones de euros anuales, y a su irrelevancia en la política nacional. Pocos días antes de la consulta, las encuestas daban como clara ganadora a la propuesta de abolición, que contaba con el apoyo de todos los partidos nacionales excepto el Fianna Fail, la principal formación de la oposición, que abogaba por su mantenimiento para someterlo a una profunda reforma. El líder de ese partido, Micheal Martin, afirmó hoy que el primer ministro, el democristiano Enda Kenny, debe comprometerse ahora a transformar la Cámara Alta irlandesa.
Establecido en 1937 en su actual forma, el Senado tiene poderes para efectuar recomendaciones sobre un proyecto de ley y, aunque no puede bloquearlo, puede retrasar el proceso durante un periodo de hasta tres meses.
Escribe tu comentario