Los portugueses castigan en las urnas los recortes del Gobierno de Pedro Passos
El desgaste del Ejecutivo luso se ha traducido en una sangría de votos a lo largo del país y en la pérdida de las principales ciudades. En estos comicios el Partido Socialista portugués (PS), ha conseguido casi 8 puntos más que en las últimas elecciones legislativas, celebradas en junio de 2011, convirtiéndose, de nuevo, en la formación portuguesa más apoyada.
Cada ciudad o cada pueblo presentaba su historia particular y su batalla; pero los portugueses acudieron a votar con el fantasma de un segundo rescate envolviendo el ambiente político y económico del país.
El triunfo más relevante es el del carismático alcalde de Lisboa, el socialista António Costa, que alcanza un tercer mandato (considerado histórico por sus huestes) y se apropiaba el domingo de una mayoría absoluta. Su oponente, Fernando Seara, candidato de la coalición gubernamental, no tardó ni media hora en salir a la palestra a reconocer su derrota: "La democracia es esto: saber ganar y saber perder. Por eso he llamado ya al señor António Costa para felicitarle por su indiscutible victoria".
En Oporto, un PSD dividido pierde la alcaldía, que va a parar a manos de un independiente, Rui Moreira. El candidato del centro derecha, Luis Filipe Menezes, asumió pronto el fracaso en una comparecencia elegante: "Esta derrota es mía. No es del Gobierno ni del PSD. Es solo mía". Lo mismo ha ocurrido en Sintra, la tercera ciudad del país en términos de población: la formación del Gobierno fue desbancada y la alcaldía se la llevó el candidato del PS, Basílio Horta, con una diferencia de solo 2.000 votos, según el diario portugués Público.
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