Casado acusa a Sánchez de "humillar a España" tras la mesa de diálogo "para seguir en el poder con votos separatistas"

El PP critica que el Gobierno permita a la Generalitat que retire la bandera española

El líder del Partido Popular, Pablo Casado, ha acusado este miércoles al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de "humillar a España" tras la reunión de la mesa de diálogo entre el Ejecutivo central y el Govern de la Generalitat para "seguir en el poder con votos separatistas".

"Aragonès denuncia "represión" y exige "amnistía y referéndum", mientras Sánchez dice que "ha merecido la pena"", ha ironizado Casado en un mensaje publicado en la red social Twitter, recogido por Europa Press, en el que ha adjuntado un vídeo que comienza con el momento en el que un operario de la Generalitat retiró la bandera española para la rueda de prensa de Aragonès.

En este sentido, el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, ha criticado que el Gobierno haya permitido que se retirase la enseña nacional tras la comparecencia de Pedro Sánchez. "Lo quiero denunciar. Que Sánchez permita y tolere eso es dar alas al nacionalismo. Flaco favor hace a todo el mundo, excepto a sí mismo, que efectivamente sí, alarga su estancia en la Moncloa", ha señalado en declaraciones a la Cadena Ser, recogidas por Europa Press.

Según Maroto, la mesa de diálogo ha sido "una tomadura de pelo" porque "una parte solo quiere hacer publicidad de la independencia y el referéndum" y la otra, en referencia al jefe del Ejecutivo, quiere "estirar el chicle para estar" en el Palacio de la Moncloa. La retirada de la bandera, a su juicio, es "humillar a todos los españoles".

"Es un gesto más que demuestra que las palabras de concordia y distensión son un cuento", ha asegurado el portavoz 'popular' en la Cámara Alta, quien ha insistido en que se ha tratado de una "mesa de negociación entre partidos y no gobiernos", en la que las dos partes "van a sacar réditos".

El Gobierno y la Generalitat han "reiniciado" este miércoles la mesa de diálogo para tratar de encontrar una solución al denominado conflicto catalán, en una jornada que les ha servido principalmente para constatar que sus posiciones están "radicalmente alejadas", y en la que se han comprometido a negociar "sin plazos", pero que ha terminado sin ninguna concreción ni avance en cuanto a los contenidos.