​Paolo Gentiloni será el primer Ministro de Italia

Paolo Gentiloni, hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores, ha recibido del presidente de la República, Sergio Mattarella, el encargo de formar el próximo gobierno de Italia. Gentiloni lo ha aceptado “con reserva”, la fórmula habitual en estos casos, a la espera de que no surjan problemas y pueda prestar juramento en breve. La votación de confianza en las cámaras será posterior.

El nuevo ‘premier’ ha enfatizado la necesidad de que Italia cuente con un gobierno “en la plenitud de sus poderes” para afrontar todos sus compromisos nacionales e internacionales. Destacó el reto de la reconstrucción de las zonas destruidas por los recientes terremotos y la ayuda a los afectados. Gentiloni, que prometió ejercer el cargo “con dignidad y responsabilidad”, recordó que asume las funciones porque Renzi no aceptó proseguir en el puesto como consecuencia de la derrota en el referéndum sobre la reforma constitucional y la promesa que él mismo había hecho. 

“Esta coherencia merece el respeto de parte de todos”, afirmó Gentiloni, quien también dejó claro que se apoyará en la actual mayoría porque los partidos de oposición se han negado a formar parte de un gabinete de amplia base. El nuevo jefe del Gobierno insistió en que ha aceptado el encargo “no por elección sino por sentido de la responsabilidad”.

Gentiloni, de 62 años y miembro del Partido Demócrata (PD, centroizquierda), es un fiel de Matteo Renzi y tiene un buen cartel en las cancillerías. Se le atribuyen excelentes relaciones con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov. Gentiloni, de familia aristocrática y militante de extrema izquierda en su juventud, trabajó como periodista y fue ministro de Comunicaciones en el último gobierno de Romano Prodi. Asimismo, ejerció durante unos años de portavoz del entonces alcalde de Roma Francesco Rutelli.

Está garantizado, dada la actual composición del Parlamento, que Gentiloni obtenga la confianza de ambas cámaras del Parlamento. El nuevo gobierno deberá modificar la presente ley electoral para que se puedan celebrar elecciones en el plazo de unos meses. Gentiloni tendrá que abordar, de inmediato, el rescate del Monte dei Paschi di Siena (MPS), el tercer banco italiano y el más antiguo del mundo, que necesita con urgencia una recapitalización por valor de 5.000 millones de euros. Es inminente una intervención del Estado al encallarse el rescate con fondos privados.

La crisis de gobierno se desencadenó tras el triunfo del no en el referéndum sobre la reforma constitucional del domingo pasado, 4 de diciembre. Renzi anunció su renuncia una hora y media después de cerrarse las urnas, al ser evidente la contundente derrota de la reforma. Está por ver ahora si Renzi mantiene el control del PD y se presenta como candidato cuando haya elecciones, probablemente antes del verano.

Mattarella anunció ayer que se movería con rapidez para dotar a Italia de un gobierno “en la plenitud de sus funciones”. Italia asume la presidencia del G-7 en el primer semestre del 2017 y organizará una cumbre en Sicilia. También debe discutir con Bruselas los recortes en su presupuesto para mantener los objetivos de déficit.